"No estuve días sin poder dormir tranquilo, sino semanas y meses". Abraham Paz no olvida el penalti que falló en el Rico Pérez de Alicante y que acabó de condenar al Cádiz al pozo de la Segunda División B. Nadie lo ha olvida, con la excepción más que probable de jugadores como Gastón Casas, Contreras o Parri...

Por eso, este domingo, si el Cádiz lograra dar por bueno el resultado logrado en el partido de ida y ascendiera en el Stadium Gal de Irún, el portuense respiraría "tranquilo". "Que suba cuanto antes", pedía ayer el central del Hércules, que de mirar hacia abajo vestido de amarillo ha pasado a hacerlo hacia arriba en la escuadra alicantina, con serias opciones de subir a Primera División. Debió costarle lo suyo a Abraham Paz olvidar el fatídico penalti del 15 de junio jugando la temporada siguiente precisamente cada 15 días en el mismo escenario, el escenario del crimen.

"Me da mucha pena que tras 11 años en el club se me recuerde por un penalti, por ese penalti maldito", confesaba el gaditano, mirando hacia atrás y recordando, tal vez para animarse a sí mismo, que también fue protagonista positivo desde los 11 metros en dos importantes e históricos ascensos. "Me duele incluso que haya gente que diga que el de Alicante lo tiré con la intención de fallarlo adrede, cuando siempre he demostrado cuáles son mis colores. Además, no se pudo tener más mala suerte. Lanzar un penalti en el último segundo de la Liga, jugándote el descenso, y que el balón dé en el poste y luego en la espalda del portero... no pudo ser más cruel", recordaba con palabras entrecortadas el jugador de El Puerto, hablando de lo que menos quiere hablar de todo lo que pasa por su cabeza.

Paz siguió el partido de ida a través del messenger. "Dos amigos me iban informando", explicaba ayer. "El resultado es bueno, creo que se puede subir el domingo. Y así me quitaría una espina que tengo clavada. Tengo compañeros vascos y me dicen que el Real Unión saldrá a morder. Habrá que controlar bien los primeros minutos", pidió un cadista.