Cádiz-Tenerife

Atrapado en la nadería (0-1)

  • El equipo amarillo, con las bandas desactivadas y sin capacidad para generar una sola ocasión de gol, no tiene plan B y sufre una merecida derrota ante un rival superior

Decepción entre los jugadores del Cádiz tras el gol.

Decepción entre los jugadores del Cádiz tras el gol. / J. Marín

El primer partido con la mirada puesta en la fase de ascenso no pudo ser más desastroso. Un suspenso de principio a fin en una mala tarde que si de algo sirve recordar es para que no se vuelva a repetir. El Cádiz se enredó en un quiero y no puedo y la derrota en casa ante el Tenerife se ajustó a los parámetros de la justicia.

El conjunto insular fue superior en todas las facetas del juego, con un repaso táctico más que evidente. Los visitantes desbarataron el plan A de los locales, que no tuvieron plan B cuando las bandas quedaron anuladas.

La ceguera en ataque llegó a extremos insospechados y Dani Hernández, cancerbero, guardameta tinerfeño, se marchó del Ramón de Carranza sin haber probado los guantes. Apenas un disparo a puerta hizo el equipo amarillo falto de ideas y frescura, que desaprovechó una ocasión de oro de quedarse a cinco puntos del Girona.

El Tenerife fue superior. Sin rodeos. Tuvo al Cádiz en su mano. En un duelo en las alturas, entre el tercero y el cuarto, los dos antepusieron las precauciones defensivas en un exceso de respeto entre ambos pero con la diferencia, a la postre determinante, de que los chicharreros sí dieron con la tecla para hacer daño arriba hasta convertir a Alberto Cifuentes en el mejor de largo de los amarillos. Bastante hizo el portero con sostener al equipo con vida hasta que un zarpazo de Amath en los instantes finales situó al Cádiz en la dura realidad. Si quiere disputar el play-off, deberá ofrecer algo más. En cualquier caso, el equipo se ha ganado crédito y la derrota forma de la competición.

Tan bien empezaron los chicharerros y tan atrás los gaditanos que pareció que los locales eran los primeros y visitantes los segundos. Se adaptó mejor el Tenerife al cambio horario y a la sobremesa hasta el extremo de estar a punto de marcar a los 8 minutos en una meritoria asociación arriba que dejó solo a Amath delante de Alberto Cifuentes. El portero repelió el remate del senegalés y en la misma acción Carpio despejó el posterior intento de Aitor Sanz.

El dominio era de los insulares frente a un Cádiz todo corazón al que le costaba llegar arriba. Antes de la ocasión de Amath, Nico Hidalgo pero fue empujado con claridad por Germán Sánchez dentro del área. Penalti no señalado por el árbitro, aunque nunca se le podrá achacar al colegiado la derrota.

No tardó en demostrar el equipo insular su privilegiada situación clasificatoria. Un conjunto ordenado, bien armado en todas las zonas del campo, rápido en el repliegue, que concedió pocos espacios a un Cádiz que la única oportunidad medio clara que generó fue a través de un disparo de Álvaro García en el 19 que se estrelló contra la zaga. Y es que las defensas se imponían con facilidad a las delanteras, con pocos recursos para llegar con peligro.

Amath, en el 24, cabeceó fuera y en el 43, Dani Hernández repelió un libre directo lanzado por Brian24 Cabezazo fuera de Amath. Y se acabaron las intentonas de los dos equipos en una primera parte trabada por continuas faltas, con escaso fútbol en un duelo constreñido por las ataduras tácticas que llevaron a la anulación recíproca de los dos contendientes. Álvaro García y Nico Hidalgo quedaron atrapados en la telaraña tejida por los canarios en las bandas y la solitaria pujanza de Ortuño resultaba insuficiente frente a la fortaleza del centro de la defensa.

La cosa se complicó más con la lesión de Garrido, más inoportuna que nunca al no disponer Cervera de más centrocampistas. El vasco abandonó el césped mientras se tocaba la mano en su muslo derecho y el míster, sin cambiar de dibujo, colocó a Carpio de pivote junto a José Mari y dio entrada a Iván Malón en el lateral derecho.

El Cádiz tenía que tirar adelante el resto del encuentro sin uno de sus jugadores importantes, con un solo medio puro, pero con toda la intensidad posible para tratar de quedarse con los tres puntos o al menos sumar uno. Casi tan importante como ganar era no perder.

El equilibrio en el juego no se rompió en la reanudación, con dos equipos encorsetados en sus sistemas defensivos pero con mayor disponibilidad de los canarios de llegar a la portería. Aitor Sanz avisó en el 49 con un libre directo que se escapó fuera por poco. Cuatro minutos después, Amath metió el susto en el cuerpo a la parroquia cadista con un derechazo desde la frontal que se escapó por escasos centímetros. Si alguno llegaba a la portería contraria era el Tenerife mientras el Cádiz no encontraba la brújula. De nuevo apareció Amath en el 59 y de nuevo se topó con un inspirado Cifuentes, que otra vez evitó el 0-1 al sacar el disparo del ariete africano. La ocasión llegó justo después de que Rubén Cruz no supiese qué hacer con el balón en una buena posición dentro del área. Menudo problema tiene el utrerano cuando le tocar mirar a puerta.

El Cádiz no existía en ataque y Cervera recurrió a la calidad de Aketxe en busca de un revulsivo y a la explosividad de Salvi en la recta final. Le dio al F5 pero el equipo no se actualizó, preso de su bloqueo. No sólo no veía el área sino que comprobaba que si alguno podía marcar era el cuadro de José Luis Martí. Una vez más emergió Cifuentes para sostener a los suyos en el partido. En el 70, se estiró abajo para responder en línea de gol al cabezazo de Germán que iba dentro.

Los anfitriones despertaron a medias en el sprint definitivo pero ni aún así. Ni un centro medio en condiciones, ni un pase al sitio adecuado. No era el día ni para empatar. En el 87, cuando parecía que al menos iba a amarrar un punto, un grave error de Sankaré propició el remate imparable de Amath ante el que nada pudo hacer Cifuentes. El defensa cometió un fallo estrepitoso, no llegó a despejar y Suso Santana entró solo por el carril derecho para servir a su compañero al interior del área. 0-1 casi sin tiempo de reacción, que no la hubo. Si alguno había creado ocasiones para vencer había sido el Tenerife, que se llevó una justa recompensa.

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