Cádiz CF

Amenazados por el ocaso

  • Fleurquin y Vivar Dorado comparten las penurias de estar por encima de los 30 años y sufrir una lesión cuya recuperación es muy lenta · El centrocampista del Cádiz y el del Albacete se resisten a decir adiós

Albacete Balompié y Cádiz CF no sólo se parecen en el papel que esta temporada pueden desempeñar ambos en Segunda División A o en la escasas incursiones de los dos en Primera División en los últimos 15 años. Hay dos jugadores, uno por bando, que comparten las penurias de lesiones ya casi crónicas cuando los 35 años se echan encima. Andrés Fleurquin y Vivar Dorado están sufriendo en sus carnes estar en el ocaso de su carrera profesional, aunque ninguno de ellos se resigna a arrojar la toalla y, aunque pueda ser la última temporada, todavía se atreven a prometer mucha guerra haciendo valer aquello de genio y figura...

Fleurquin (34 años) cumple su sexta campaña en el Cádiz, pero al contrario que las cinco anteriores se encuentra en una fase difícil por culpa de unas dolencias que no terminan por desaparecer y que le acompañan como su propia sombra. Está así desde el verano, y aunque en la cita de la Copa del Rey, en Las Palmas, se le vio por el campo, la realidad es que fue un regreso precipitado porque su estado físico no era el más adecuado.

Hay que tener en cuenta que hablamos de un centrocampista que ha basado su éxito durante 15 años de profesional en un continuo despliegue de sacrificio y esfuerzo, saltando en infinidad de ocasiones con los centrocampistas más curtidos y poderosos de muchas ligas europeas. Su rendimiento siempre ha sido óptimo, de lo que dio buena cuenta cuando participó con el Galatasaray en la Liga de Campeones.

El tiempo, el mejor juez en estos casos y que devuelve a cada uno lo que haya sembrado, coloca por el momento a Fleurquin en una temporada diferente, aunque más complicada que todas las anteriores: “Estoy trabajando duro para volver a jugar, me ha venido bien pensando a largo plazo, aunque ya no me queda mucho”, explica con el mejor estado de ánimo posible. “Competiré de igual a igual con la gente del centro del campo y daré todo lo que pueda. A veces hay que dejar pretensiones personales para pensar en el grupo. La vida te va deparando cosas diferentes y uno las toma de la mejor forma posible. Hay que adaptarse a lo que toca, sin bajar los brazos”, asevera.

Y en un lugar de La Mancha, Albacete, un jugador casi de la misma quinta que Fleurquin también sufre las inclemencias de querer seguir en activo a partir de una edad comprometida para ello. Vivar Dorado (35 años) llegó en verano al club del Carlos Belmonte, lo hizo con una lesión que sufrió en sus últimas semanas como jugador del Valladolid. Pero, como a Fleurquin, le pesa estar convaleciente y también la recuperación está siendo muy extensa, tanto que él mismo ha planteado la posibilidad de rescindir el contrato, que por el momento no se va a llevar a cabo. En declaraciones a La Tribuna de Albacete, el centrocampista madrileño explica que “tengo 35 años y se aprende a disfrutar del fútbol mucho más, y por eso cuando ves que la carrera se acaba quieres hacerlo”. “La situación es más desagradable cuando quieres entrar en el equipo y estar en el campo, que es lo que nos gusta”, agregando que “no contemplo esa posibilidad porque estoy centrado y atento en recuperarme, es lo que quiero”.

Vivar Dorado se refirió al acuerdo con el Albacete para marcharse si no se recuperaba. “Llegamos a un acuerdo porque pensábamos que era lo mejor para las dos partes. Si no me recuperaba a tiempo anulábamos el contrato. No se trata de una rescisión sino de un acuerdo, y de hecho la primera persona que lo propuse fui yo”, indica.

El jugador sigue en el Alba y ha iniciado un nuevo tratamiento que espera dé sus frutos. “Soy optimista pese a que la lesión está dando más problemas de los esperados, aunque confío ciegamente en poder recuperarme”, para lo que necesita que el tendón se regenere y se fortalezca.

           

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