San Fernando

Historia al pie del cañón

  • Autoridades provinciales y locales recorrieron ayer el punto de las obras del tranvía donde se ha producido el descubrimiento · Los arqueológos no descartan la aparición de más ejemplares en esa zona

2.500

Los 16 cañones que surgieron el lunes del caño de Sancti Petri a los pies del Puente Zuazo pudieron estar en funcionamiento tanto en el baluarte del Caballero Zuazo como a bordo de un buque en alta mar. Sus orígenes se remontan al siglo XVIII, pero aún no se ha concretado la fecha exacta. Es incluso posible que no fueran construidos todos a la vez, ya que en algunos de ellos se adivinan escritos unos números de serie. Tienen todos un tamaño parecido, entre los 2,8 y los tres metros de longitud. Y un peso que oscila alrededor de los 2.500 kilos. El calibre también varía entre los 24 y los 30 centímetros.

Ayer yacían en el solar que tiene reservada la adjudicataria del tranvía junto a la jefatura de la Policía Local. Se descubrían, por fin, ante los ojos de las decenas de curiosos que componían la comitiva de la visita de los delegados provinciales de Obras Públicas y Cultura, Pablo Lorenzo y Yolanda Peinado, respectivamente. Como anfitrión, el alcalde, Manuel de Bernardo. In situ pudieron conocer todos los asistentes los pormenores del hallazgo, que relató con detalle la arqueológa responsable de la vigilancia de la obra del tranvía, María Luisa Lavado. Se trata, según sus explicaciones, de un hallazgo de segunda deposición, lo cual quiere decir que estos cañones estuvieron primero en un punto y alguien los movió, apilándolos incluso, hasta el punto exacto de la aparición. La teoría de Lavado a este respecto es que aparecieron en la construcción del primer colector que se realizó en la zona y que los responsables de la obra retiraron unos metros.

Ahí, escondidos, perdidos en el lodo, han permanecido durante años, hasta que fueron descubiertos el lunes. El equipo de vigilancia arqueológica no descarta que aparezca incluso alguno más y, de hecho, la visita de las autoridades se detuvo previamente en la zona de trabajo, donde una grúa estuvo removiendo tierra a ojos de todos los asistentes con el objeto de que, en vivo y en directo, saliera a la luz algún ejemplar más. Minutos de suspense pero al fin, nada de nada.

A los 16 cañones que ya están fuera lo que ahora le esperan son meses de cuidado. Los primeros se los realizaban técnicos del Centro de Arqueología Subacuática ( CAS) en la mañana del martes. Sobre los cañones, unas mantas especiales para tratarles la humedad. Ahora y por el momento, los 16 y cuantos aparezcan tendrán que ser trasladados precisamente al CAS, tantos años entre lodo les ha hecho mucho daño. "Por eso pedimos paciencia", insistía Peinado.

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