la isla y las fuerzas armadas | camposoto recupera la normalidad un año después de la crisis

Donde se aprende el oficio de ser soldado

  • Medio millar de alumnos jurará bandera hoy en el CEFOT-2 de Camposoto Un centenar tiene titulación universitaria y hasta 140 superaron la selectividad

Medio millar de jóvenes aspirantes se reparten disciplinados por el patio de armas del acuartelamiento de Camposoto bajo un inesperado sol de diciembre que hace sudar la camiseta a los alumnos de este centro docente militar isleño. Es uno de los últimos días de su instrucción básica y los dos meses largos de formación militar se notan en las impecables formaciones cerradas de uniformes de camuflaje que marcan el paso y responden a las órdenes al unísono, sin dudas, sin fallos.

Cuando visitamos estas instalaciones quedan apenas unos días para la jura de bandera, que de hecho se celebrará hoy a mediodía. Los aspirantes apuran las últimas evaluaciones y la actividad es incesante, tanto que cuesta pensar que hace justo un año estas instalaciones del Ejército de Tierra estuvieron a punto de echar el cierre. Aunque de aquella crisis tan solo quedan malos recuerdos en el Centro de Formación de Tropa número dos (CEFOT-2) de Camposoto. Bueno, para ser sinceros, no todos malos. La solidaria reacción de la sociedad isleña ante la posible desaparición de más dependencias militares en la ciudad se sigue recordando con una enorme gratitud entre el personal. Si no hubiera sido por ese rechazo, por el posicionamiento en contra que mostraron comerciantes, empresarios, colectivos vecinales y entidades sociales, posiblemente, los más de 1.200 aspirantes que este año han pasado por La Isla repartidos en los dos ciclos diferentes de acceso a las Fuerzas Armadas se hubiesen formado en Cáceres. Y las instalaciones de La Isla habrían pasado a la historia.

Pero basta con echar un vistazo al patio de armas para comprobar que todo eso ha quedado superado con creces. Hoy, el CEFOT, con medio siglo de experiencia a sus espaldas, sigue dedicándose con entusiasmo a la tarea que siempre tuvo encomendada: la de formar soldados. Y, hoy, de hecho, un total de 500 alumnos, aspirantes a soldado profesional del Ejército, jurará bandera tras superar el periodo de formación básica que han recibido desde el pasado mes de octubre.

"Se les da mucha caña", advierte uno de los suboficiales a cargo de los alumnos, al poner de manifiesto la exigencia de la instrucción mientras los aspirantes, con los ojos tapados, montan y desmontan sus fusiles. Disponen de cuatro minutos para ello. Es una de las últimas evaluaciones antes de concluir el periodo de formación básica, al que hoy pondrán su punto final. Tras las navidades, regresarán al centro isleño para continuar con su formación en cada una de las especialidades del Ejército de Tierra a las que han optado. Aunque antes no era así, en el CEFOT-2 han terminado impartiéndose todas las especialidades operativas: a las de ingeniería, transmisiones, artillería de campaña y antiaérea y de costa se han sumado también la formación de paracaidistas -infantería- y de algunas unidades de caballería.

Pero sin duda lo más significativo es cómo este centro docente militar ha notado el cambio que en los últimos años se ha dado en el perfil de los nuevos soldados españoles. Un dato: hasta 87 de los aspirantes que hoy jurarán bandera tienen alguna diplomatura o grado universitario y siete de ellos han cursado incluso un master. Y hasta 140 han superado las pruebas de acceso a la universidad. Muchos de ellos, además, han cursado varios años de alguna carrera antes de decidir convertirse en militar profesional. Así, un total de 133 alumnos cuenta con la titulación de técnico de grado superior y 19 con la de grado medio. Con el Bachillerato superado hay 65. Y 21 son titulados técnicos superiores. El nivel -admiten en el acuartelamiento- es cada vez más alto, "lo que nos exige también cada vez más a nosotros". El resultado es que en Camposoto se están formando a los mejores soldados, los más cualificados, los que más formación tienen, de toda su historia.

¿Se debe a la crisis y a la falta de oportunidades laborales? Pues seguramente en una parte sí, pero si se habla con los alumnos prácticamente todos insisten en que se trata de una decisión que han tomado por vocación, porque quieren ser militares. También los mandos comparten esta percepción. El acceso a las escalas superiores de oficiales ha cambiado. Ahora -explican- se exige una nota muy elevada en las pruebas de selectividad, con lo que muchos optan por este camino para acceder luego por promoción interna y llegar a ser oficiales o suboficales.

Las estadísticas del segundo ciclo que ahora concluye su formación básica insisten también en otro dato interesante, que el mayor porcentaje de alumnos -hasta un 28%- son andaluces. Les siguen a bastante distancia la Comunidad Valenciana y Castilla y León (ambas representan un 13%) y Madrid (12,5%).

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