Pasarela

Casadas con el atrevimiento

  • Cada vez son más las mujeres que prefieren llevar un traje de novia muy extravagante. El 'glamour' y la clase no siempre están presentes en estas bodas donde priman la originalidad y lo estridente.

El día de tu boda es uno de los que marcas en el calendario y no es fácil de olvidar. Se suele soñar con un cuento de princesas que termina haciéndose realidad. Lo ideal es un traje bonito, un lugar encantador, además de una luna de miel de ensueño. Aunque es cierto que no todas las novias tienen el mismo concepto de la boda perfecta y mucho menos del vestido con el que querrán ir al altar, pero lo mínimo es ir con un poco de gusto, aunque nunca llueve a gusto de todos. Lo que nadie espera encontrar cuando es invitado a una boda es llevarse las manos a la cabeza debido al traje de novia, pero hay muchos casos en los que esto ocurre.

Todas las novias buscan su estilo propio a la hora de comprar el vestido, pero algunas deberían haber consultado al menos con su círculo más cercano la elección del mismo. Porque lo normal es que la novia sea la protagonista por excelencia de la boda, pero se supone que a nadie le gustaría que se fueran de su enlace pensando que va hecha un esperpento. Por supuesto que cada una es libre de casarse como se sienta más cómoda y guapa, no obstante, hay que ser conocedora de los defectos y las virtudes de una misma y quizás dejarse aconsejar por una profesional para ir radiante este día tan señalado. Vemos imágenes de mujeres que han decidido innovar y ser originales y su mejor manera es mostrarlo luciendo atuendos extravagantes y extraños que pocas mujeres en el mundo se atreverían a llevar en condiciones normales.

Hay mujeres que el buen gusto lo perdieron por lo menos antes de la boda, ya que es inconcebible que algunas en su plena conciencia estén dispuestas a llevar semejantes atuendos que en muchas ocasiones es un espectáculo bastante bochornoso de ver; bien porque se ve demasiado por todos lados o porque no han tenido en cuenta su propia talla y se han enfundado en un traje imposible. También están las que deciden celebrar su boda en la playa y han tenido en cuenta la comodidad en vez del glamour y la sofisticación que un evento de este calibre requiere. Se ponen como vestido de novia un biquini blanco y ya está todo listo. Se puede comprobar que para gustos los colores y que cada persona es un mundo- y cada novia un universo distinto- lo único que cabe esperar es que cuando vayan pasando los años y en el salón de su casa vean las fotografías de su boda no se avergüencen de la decisión que tomaron en el momento previo a casarse. Sería bastante bochornoso el no poder enseñar a tus invitados cuando vengan a visitarte a casa las fotos de este día clave en tu vida por haber cometido una pequeña locura.

No siempre son casos catastróficos. A veces son mujeres que han tomado la decisión de romper los convencionalismos propios de una boda y hacer de su vestido una abierta declaración de intenciones con un traje poco común y que llame la atención. Eso sí, hay que llevar un vestido, dentro de unos límites y con un poco de cabeza, pero lo principal es saber llevarlo con clase.

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