comparsa

Los fieles

El tipo. Alegoría de los aficionados que hacen cola para conseguir una entrada para el Concurso. las coplas. Las malditas coincidencias del Falla. Nadie saca una idea y en el mismo año dos comparsas van de lo mismo. Con el matiz de la cola para comprar una entrada, los  aficionados son los  verdaderos fieles, los dueños de la fiesta que no entienden de Patronato y que sólo esperan que lleguen las coplas. Por eso, hoy es el día para que canten los aficionados en las tablas -con encendido de luces del patio de butacas  incluido-. Se salva de toda la propuesta portuense la música del pasodoble, agradable y bien llevada. No convencen tanto, sin embargo, las letras. En la primera, hacen una comparación un tanto forzada entre el Gran Teatro Falla y el Hospital San Rafael, en el que la clínica sueña con ser como su compañero de calle. En la segunda, tocan un tema muy espinoso -del que no salen demasiado airosos-, como es el del maltrato al hombre, centrándolo en nombres de calles que simbolizan lo que sienten al no decir nadie nada de su situación por ser hombres. Cuplés simpaticotes -pero nada más- con el mismo remate de un negro que vende en la calle que les salva cuando no tienen condones y cuando se les gasta una botella de ginebra. La idea no da más de sí en un popurrí con el que la actuación se acaba diluyendo. 

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Puntuaciónes COAC 4 / Miguel Guillén

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