Cuestión de paciencia. La situación que vive el Cádiz respecto a su papel en el mercado de fichajes no debe dar lugar a la preocupación porque el club está casi calcando el ritmo del verano pasado. Hace un año el primer fichaje se produjo el 14 de julio, por lo que ahora no hay motivos para llevarse las manos a la cabeza. Los responsables de la parcela deportiva de la entidad siguen trabajando y la semana que arranca hoy debe traer novedades más allá del inicio de la pretemporada para la primera plantilla.

Los teléfonos de Quique Pina y Juan Carlos Cordero no paran de estar a pleno rendimiento en las últimas semanas. Un escenario habitual para ambos desde que trabajan juntos. El Cádiz 2017-18 tiene una situación muy pareja a la de hace un año. La entidad viene de un final de campaña muy tardío por la disputa del play-off a Primera, lo que se equipara en el tiempo a la fase de ascenso a Segunda A del curso 2015-16. Dos proyectos marcados por el menor margen de días entre el final de una temporada y el comienzo de la pretemporada.

Hace un año, un 10 de julio, el Cádiz aún recordaba el éxito del ascenso y saboreaba las mieles por la alegría recibida en el Rico Pérez de Alicante. Hace un año el equipo estaba por hacer a pesar de que el salto de categoría trajo consigo bajo el brazo la renovación automática de toda la plantilla salvo los cedidos. Pues hace un año, empezando a fichar el 14 de julio, el Cádiz hizo un equipo muy serio, equilibrado y a imagen y semejanza de lo que pretendía Álvaro Cervera. Un plantel que peleó con los mejores de la categoría en la fase regular y que se ganó con todo merecimiento disputar el ascenso en el play-off. El verano de 2016 se estrenó en materia de fichajes el 14 de julio. Ese día el Cádiz anunció la incorporación de Aitor García. Un extremo procedente del Mérida. Aquel 14 de julio comenzó todo porque otras llegadas fueron cayendo casi por seguida; la cesión de Nico Hidalgo (día 15), Carpio (16), la compra en propiedad de Álvaro García y Aridane (18), la cesión de Gorka Santamaría (19), Jesús Fernández (21)...

Quique Pina y Juan Carlos Cordero saben mejor que nadie lo que se traen entre manos. Su brillante trayectoria unidos es el mejor aval para dejarles trabajar y, además, creer en lo que hacen. Ortuño, Abdullah, Álvaro García, Aridane, José Mari, Aketxe... son nombres que ponen de relieve que el índice de acierto fue, hasta el momento, muy importante. El reto es de nuevo de peso al tener que rearmar una delantera casi nueva, y ya se sabe que el gol se paga caro hasta el punto de que 1,1 millones de euros es lo que sigue pidiendo la UD Las Palmas por Ortuño, por poner un ejemplo.

El consejero delegado y el director deportivo fueron capaces de poner en manos de Cervera un bloque interesante, pero que, indudablemente, hubo que trabajar por la premura de tiempo con la que llegaron algunos efectivos. De hecho en las primeras semanas de competición fue habitual ver en el once a Mantecón, Abel Gómez o Migue González, cuando ninguno de ellos estaba llamado a tener un papel protagonista.