Servando celebró por todo lo alto el gol que le marcó al Real Oviedo el pasado sábado. Había motivos de sobra para festejarlo con sus compañeros y con toda una afición entregada a su equipo en un apasionante duelo en las alturas. Su cabezazo impecable a la salida de un saque de esquina alojó el balón en la portería, ya en la recta final del encuentro, y culminó una trabajada remontada que dejaba los tres puntos en casa y además mantenía al Cádiz en la privilegiada segunda posición una semana más -en plaza de ascenso directo-.

El portador del brazalete de capitán era consciente de la importancia de ese tanto que era oro puro, justa recompensa a la labor colectiva y también a la individual. Si alguien merecía el protagonismo de ese gol era Servando, que además firmó su primera diana liguera en Segunda División A, la decimoquinta de toda su carrera, entre las que figuran las tres que hizo en la campaña 2015/16 -en Segunda División B- como integrante del conjunto amarillo. El defensa cumplió en el choque frente a la escuadra carbayona -uno de sus ex equipos, además del San Fernando, Atlético Aviación Díter Zafra, Jerez Industrial, San Roque de Lepe, Roquetas y Jaén- 115 encuentros oficiales con el escudo del Cádiz en su pecho. Es su cuarta temporada vestido de amarillo y azul, la segunda en la categoría de plata después de dos en el escalón de bronce.

El isleño anotó en el duelo ante el Oviedo su primer gol liguero en la categoría de plata

El isleño goza de la confianza del entrenador hasta el punto de desempeñar un papel relevante en el equipo. No lo tenía fácil en el puesto que quizás ofrece más competencia, pero es el central de la plantilla que más partidos acumula, un total de 23 frente a los 19 de Ivan Kecojevic, los 16 de Marcos Mauro y los 14 de Mikel Villanueva.

Servando no disfrutó de muchas oportunidades el curso anterior, en el que la pareja habitual fue la compuesta por Aridana y Sankaré, pero en el actual se ha hecho con un sitio hasta el extremo de haber participado ya, con casi toda la segunda vuelta por delante, en más partidos que en toda la pasada temporada, cuando se quedó en 18. Si continúa a este ritmo no tardará en duplicar los minutos entre el presente ejercicio y el último. Ahora acredita 2.103 minutos por los 1.285 que estuvo sobre el césped en la andadura 2016/17.

El futbolista nacido en San Fernando reúne las condiciones que quiere todo entrenador: compromiso, disciplina, entrega, profesionalidad, sentimiento, siempre dispuesto a sacrificarse por el bien común. Para el recuero quedará el rol que le tocó realizar en la fase de ascenso a Segunda A, que ejerció a la perfección pese a la falta de costumbre. Álvaro Cervera sorprendió con la apuesta por Servando en el lateral izquierdo, una posición desconocida para él a la que se adaptó con la rapidez del que sabe que el equipo necesita que dé su mejor versión. No sólo la dio, sino que además se permitió el lujo de servir, con un fantástico pase largo, el gol de cabeza que Salvi marcó en el campo del Racing de Ferrol.

El defensa, curtido en mil batallas, vive la que quizás sea la mejor temporada de su carrera. Es un seguro de vida atrás, siempre bien colocado, rápido al corte y sin complicarse la existencia. Pone su experiencia al servicio del equipo, ya sea en el eje de la zaga o en otro lugar de la retaguardia. Cuando Cervera se quedó sin laterales derechos por las lesiones de Carpio y Rober Correa, ¿a quién recurrió? A Servando. No podía ser otro. El isleño, siempre receptivo, se esforzó a tope y cumplió con creces su misión en plena racha ganadora de los amarillos.

Su trabajo cuenta con el reconocimiento de la la afición, sus compañeros, el cuero técnico y el club, que hace un mes y medio anunció su renovación hasta 2019 con opción a una campaña más y con la idea además de que Servando pueda seguir vinculado al Cádiz cuando cuelgue las botas. De momento le que cuerda para rato.