El gol se paga caro. Que se lo digan al Cádiz. El mercado de Segunda División A sigue con la maquinaria en marcha y aquellos delanteros más codiciados van encontrado destino. Equipos nuevos en los que puedan mantener su listón. Enamorados del gol, unidos por el remate... los señores del área.

El Cádiz ha sufrido en el ataque el principal estrago respecto a la plantilla del curso pasado. La marcha de Ortuño, Aketxe, Güiza y Santamaría deja la posición de '9' o la próxima a ésta con carencias en cantidad y calidad. Ahí es nada. Como no podía ser de otra manera, el club gaditano jamás se ha pronunciado cuando un nombre de un ariete ha sido vinculado al amarillo y azul. La política de Juan Carlos Cordero es cuidar las formas y evitar que una filtración mande al traste un posible fichaje para el ataque o cualquier demarcación.

La delantera se ha movido en la categoría de plata, y sigue moviéndose. El tan anhelado Ángel cambió la decepcionante campaña colectiva con el Real Zaragoza por el renaciente Getafe, cuyo azulón vuelve a brillar como equipo de Primera División. Sueños en las entrañas del Carranza con verle de amarillo, algo así como el nuevo Ortuño.

Choco Lozano llevaba dos años deslumbrado en el Tenerife, dando su mejor versión y peleando el ascenso hasta el último minuto. Impensable que siguiera un año más cuando llamaba hace meses a la puerta de un grande como el Barcelona, que lo recluta para su recién ascendido filial. Lozano quiere seguir brillando de azulgrana; el cadismo podrá verle en Carranza suspirando, a lo mejor, por un atacante de sus características.

De la capital del Turia ha volado Ariday Cabrera, que pone rumbo a León para enfundarse la elástica de la Cultural. El veterano ariete del Valencia Mestalla, que a sus 28 años ha estado a punto de dar el salto a la categoría de plata, es otro que dicen los mentideros del balompié que gustaba en las oficinas del Carranza.

Borja Iglesias, ese goleador sorprendente del Celta B, o el incombustible David Rodríguez han formado parte con papel de actor principal de la primera parte del mercado de fichajes. Borja, con 75 goles en cuatro campañas en el filial celeste y con 24 años era un caramelo para todos, o casi, entre ellos el Cádiz, pero La Romareda y el histórico Zaragoza han pesado para buscar allí gloria como jugador de Segunda A. David Rodríguez, con 31 primaveras a su espalda, deja al Alcorcón salvado gracias a sus goles para ayudar al Osasuna a volver a la élite.

Con Ortuño aún sin equipo -no hay que descartar que el Cádiz se guarde un as bajo la manga- y con Barral en tierra de nadie entre El Molinón y Carranza, las páginas de arietes codiciados siguen pasando hasta llegar a Dani Romera, almeriense de 21 años que desde que era juvenil destaca sobremanera en el Almería. Ese nivel le abrió las puertas del Barça B, con el que ha subido a Segunda A. Se fue de Almería por 250.000 euros que puso el club catalán en la mesa. Ahora le queda un año de contrato. Hizo 15 goles el curso pasado y puede jugar de delantero, de segundo ariete e incluso caer a banda. Polivalente.