El Córdoba se presenta esta tarde en el Ramón de Carranza en una situación muy diferente a la que afrontó el tramo final de la pasada temporada. De hecho, en sólo un año ha pasado de clasificarse para el play-off, aunque después cayó en la primera ronda contra el Girona, a luchar por evitar el descenso a Segunda B.

Con 45 puntos, los verdiblancos ocupan la 16ª posición, igualados a UCAM Murcia y Almería y dos por delante de Alcorcón y Nástic de Tarragona, que marca la frontera que conduce al infierno. Pese a que abrieron el curso con la etiqueta de favorito que le otorgaba su reciente presencia en Primera, hace sólo dos campañas, lo cierto es que sólo hicieron bueno el pronóstico durante las primeras 12 jornadas, porque a partir de la 13ª, coincidiendo curiosamente con la progresión de su rival de hoy, el Cádiz, comenzaron a perder puestos hasta verse abocados a pelear por huir de la zona peligrosa.

Si bien los números del conjunto cordobesista esta campaña no dan para muchas alegrías, un simple vistazo a la clasificación permite comprobar que en el Nuevo Arcángel ha sumado puntos suficiente para no pasar los apuros que está viviendo. Aún habiendo cedido cinco derrotas como local, las ocho victorias y los seis empates le permiten aparecer con mejores registros que escuadras que le preceden en la tabla, como UCAM, Zaragoza y Reus. Sin embargo, el gran debe radica en su rendimiento como visitante, en donde la producción se queda en 15 puntos.

Posiblemente la clave de los males se encuentre en su pobre balance goleador, con el segundo peor coeficiente de la categoría (-14), sólo mejor que el colista Mirandés, que cuenta con -26. Además, con 33 tantos a favor es el tercer equipo menos realizador, sólo por delante del Reus (26) y el Alcorcón (27), mientras que, con 47, sólo encaja menos que el citado Mirandés (60), el Elche (56), Zaragoza (49) y Nástic, Sevilla Atlético y Lugo (48).

Problemas, pues, para un club que en su historia acumula en total nueve temporadas en Primera. Fundado en 1954, el Córdoba ascendió por primera vez a la máxima categoría en 1962 y encadenó siete campañas consecutivas entre los grandes, firmando en 1965 la mejor actuación de siempre al concluir quinto. Tras bajar en el 69 y regresar a la élite en el 71, al año siguiente dio con sus huesos en Segunda, en el 78 cayó al pozo de Segunda B y en el 84 al de Tercera, un efimero paso que consolidó al equipo entre las categorías de plata y bronce. No obstante, dos décadas después de aquel batacazo, en 2014, celebró su vuelta a Primera.