Cádiz CF

Sin el ángel de la guarda

  • El club no convence al Comité de Competición en la primera alegación tras el despido de Labrador, el abogado que consiguió que anularan tres cartulinas amarillas a Garrido

La acumulación de cartulinas amarillas se convierte en un obstáculo en la recta final de la temporada porque hay jugadores que corren peligro de perderse algún partido importante en el momento más decisivo. El presidente del Cádiz, Manuel Vizcaíno, tomó hace varios días la arriesgada decisión de prescindir de Enrique Labrador en el tramo más relevante del curso y el club ya empieza a pagar las consecuencias de ese despido.

Labrador, abogado especialista en el ámbito deportivo, es un experto en alegaciones para solicitar la retirada de tarjetas. Esta temporada consiguió que el Comité de Competición le anulara tres cartulinas a Jon Ander Garrido, Si es complicado quitar una, tres es aún más difícil. La primera, la que vio en el encuentro contra el Almería de la 13ª jornada. La segunda, la mostrada al centrocampista en el choque contra el Real Valladolid correspondiente al 16º capítulo. La tercera, la que el árbitro enseñó al vasco durante el duelo frente al Real Zaragoza. Mientras los jugadores cosechaban victorias sobre el césped, Labrador lograba sucesivos triunfos en los despachos con los que ralentizó la suma de amonestaciones del medio, que fue acumulando amarillas pero a menor ritmo. Garrido es un pivote defensivo que suele emplearse con contundencia.

El 5 del conjunto gaditano guardaba tres tarjetas en su cuenta y el pasado sábado, en el envite contra la Cultural Leonesa, vio la que supone la cuarta del ciclo, por lo que se queda a sólo una ser castigado con un partido de sanción. Está al borde de la suspensión cuando se avecinan auténticas finales en la pelea por el ascenso a Primera División.

La primera alegación presentada por el club tras la destitución de Labrador salió rana. La entidad cadista trató de que esa última tarjeta quedara sin efecto pero Competición desestimó las alegaciones y Garrido sigue con cuatro. Nunca se sabrá que hubiese sucedido si esas alegaciones las hubiese presentado Labrador, que había demostrado su habilidad en esa materia.

Vizcaíno optó por despedir a un empleado que realizaba una función importante y el perjudicado es el equipo. La destitución de Labrador se enmarca dentro del conflicto institucional que mantienen el presidente y Quique Pina. Labrador llegó al club de la mano de Pina y Vizcaíno lo despide de modo fulminante sin esperar a que se acabe la temporada. Es la primera víctima que se cobra la guerra entre los socios de Locos por el Balón. Labrador era un empleado del club, no tiene la más mínima implicación en la Operación Líbero -no aparece en las investigaciones ni en los autos del juez José de la Mata-. Es un experto en anulación de tarjetas que estaba llamado a desempeñar un papel importante en las posibles alegaciones en la recta final de la temporada, pero el equipo pierde un baluarte en los despachos. Él ganaba más recursos de lo que acostumbraba el club en los últimos años. Era una especie de protector de Garrido, al que logró que le borraran tres tarjetas, pero ahora el medio se queda sin su ángel de la guarda.

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