El mercado invernal de fichajes entra en la recta final sin novedades en el Cádiz. Restan sólo 11 días para que termine el mes de enero y hasta ahora, nada de nada. El discurso oficial que brota del club es que no hay prisas, que se está mirando, que hay que esperar, que si llega algún jugador tiene que mejorar lo que hay... pero la realidad es que el tiempo apremia y las caras nuevas, de momento, brillan por su ausencia pese a que el equipo se juega nada menos que el ascenso a Segunda A en los próximos meses. Casi nada.

El problema no radica tanto en no encontrar jugadores del perfil requerido (un defensa central, un lateral sub'23, un especialista en lanzamientos a balón parado...) como en las trabas administrativas con las que se puede estar topando la entidad. Y es que no pagar deudas acaba costando disgustos. Y si la deuda es con jugadores, todavía más por el peso de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que impide al Cádiz la tramitación de fichas. Puede fichar, pero no dar de alta. En la práctica ers supone no poder traer refuerzos

¿A quién y cuánto dinero debe el club? A Bernabé. Unos 30.000 euros. El portero ganó el pasado verano en los tribunales la reclamación del importe del año de contrato que le quedaba por delante después de haber sido maltratado por la entidad, que le había dejado sin ficha la temporada anterior y tampoco le dejó marchar. Meses después, el Cádiz no ha hecho frente al abono de esa cantidad y ahora lo que sí paga son las consecuencias por el posible bloqueo de su intento de reforzar la plantilla a causa del incumplimiento de la resolución judicial. En el club trabajan contrarreloj porque el tiempo se echa encima. Ahora intentan negociar con el cancerbero facilidades en la forma de pago, pero Bernabé, que no guarda un buen recuerdo de su paso por el Cádiz, no se fía un pelo, como es lógico defiende sus intereses y se ciñe a lo recogido por una sentencia judicial que en su día el club tuvo la posibilidad de recurrir pero ni se molestó en hacerlo.

Si hay acuerdo entre las partes, la puerta de los fichajes se abrirá de par en par. Mientras, parece cerrada por no haber realizado los deberes a su debido tiempo.

Resulta extraño que, con la mano tendida que siempre tiene Quique Pina hacia el Cádiz, el amplio catálogo de jugadores que maneja y la extensa red de contactos con clubes y representantes, no haya llegado todavía un solo futbolista cuando enero apura sus últimos días. La pasada campaña, cuando Calambur (empresa de Pina) colaboró el refuerzo del plantel a mitad de curso, los jugadores empezaron a llegar con celeridad.

Los problemas se acumulan para Locos por el Balón, que está teniendo dificultades para afrontar el pago de las nóminas de los componentes de la plantilla.

Desde que descendió a Segunda B, el conjunto amarillo siempre se ha movido a mitad de curso para dar bajas y apuntalar la plantilla con vistas al tramo definitivo entre enero y junio. En la temporada 2010/11, llegaron el extremo Juanse y el ariete Antonio Moreno y se marcharon el centrocampista David González, el zaguero Germán y el delantero irlandés Ian Daly. En la 2011/12, bajo la gestión deportiva de Quique Pina, en invierno causaron baja los mediod Jurado -estaba sin ficha- y Lolo Armario, además del extremo Barrancos, y aterrizaron el mediapunta Cases y el lateral derecho Aranda. En la 2012/13, el club prescindió en el ecuador de campaña del portero Bernabé, el delantero Adrián Gallardo, los defensas Bermúdez -fue él quien solicitó la baja- y Diego Garrido, y los medios Edison Torres y Vergara, y a cambio recalaron en la escuadra gaditana el central Josete, los medios Álex Granell y Jorge Luque, el extremo Calderón y los atacantes Carlos Álvarez y Roberto Peragón.

En la 2013/14, la más reciente, no siguieron el cancerbero Alejandro, el defensa Belfortti, los mediocentros Fall y Nafti y el extremo Gato, y en cambio llegaron el arquero Sergio Aragoneses, el defensas Tena, los medios Jon Ander Garrido y Jorge López, los extremos Migue García y Paluliño, y el delantero Dioni, todos merced a la colaboración de Calambur, que facilitó los refuerzos ya con Locos por el Balón como propietario del paquete mayoritario de las acciones de la entidad cadista.