Cuando en la previa del Cádiz-Betis B, de la primera jornada de Liga, se conoció que el chileno Gerardo Navarrete no podía jugar debido a unos problemas burocráticos que le obligaban a desplazarme a su país, las previsiones más pesimistas apuntaban a que tampoco estaría en el segundo duelo liguero, en Jaén. Y así será, ya que el centrocampista todavía se encuentra en su país tratando de presentar la documentación que le permita lograr el visado reglamentario que le autorice a trabajar en España.

Al margen de lo rápido que consiga el futbolista solucionar los trámites, un aspecto que tampoco está claro, antes de mañana parece poco probable que pueda enlazar vía aérea con el viejo continente, por lo que es un hecho que Antonio Calderón no podrá convocarle para el complicado encuentro del campo Nuevo La Victoria. Una de las grandes sensaciones de la pretemporada fue este jugador de 20 años, de ahí a que tanto en el club como en los aficionados existan unas ganas especiales por verle debutar de amarillo en competición oficial. Pero el estreno tendrá que esperar a la tercera jornada de Liga, el primer fin de semana de septiembre contra La Roda, o antes -si llega a tiempo- en la primera eliminatoria de la Copa, justo dentro de una semana, que enfrenta a los cadistas con el San Roque en el Ciudad de Lepe.

El problema burocrático de Navarrete ha levantado cierta polvareda entre la masa social del Cádiz porque no se entiende que una entidad que puede presumir de disponer de una gran estructura para la categoría de bronce, haya cometido un error tan importante. Y no sólo el club gaditano, ya que el centrocampista chileno pertenece al Granada -lo tiene cedido- y desde Los Cármenes tampoco parece que este asunto estuviera demasiado controlado. Algo similar sucede con el representante del propio jugador, quien también debía tener constancia de la anomalía existente.

Dejando a un lado los posibles culpables y la cuota de responsabilidad de cada uno, el gran perjudicado en esta historia es el equipo de Antonio Calderón, que se ve obligado a prescindir de un hombre llamado a hacer ruido dentro del grupo IV de Segunda División B y sobre el que hay depositadas muchas esperanzas. Además, con la ausencia obligada de Jona era posible que a lo largo de este próximo partido gozara de minutos que ahora tendrán que esperar a la cita copera o a la tercera jornada de Liga.

La situación con Navarrete parte desde el momento en que el jugador disponía de un visado provisional como turista o denominado de estancia, pero que no resultaba suficiente para proceder a su inscripción para jugar con el conjunto cadista. Por parte del club se pensaba que ese visado podía habilitarle pero la realidad finalmente fue otra. De ahí al inesperado viaje a su país para lograr un visado laboral o llamado de trabajo y residencia.

Todas las gestiones las debe efectuar en el consulado español en Chile, donde el jugador se ha presentado para dejar toda la documentación a la espera de recibir el visto bueno y su anhelado visado laboral.