Cádiz CF

Gajes del oficio

  • Sumar dos jornadas seguidas sin ganar es tan habitual que el equipo amarillo, además del Girona, era el único que no había pasado por ese trance en los últimos cuatro meses

El imperio del resultadismo suele ejercer de cruel depredador cuando las victorias escasean en un mundo acelerado por la ansiedad de la inmediatez de los éxitos. El Cádiz, más allá de que consiga mantenerse una semana más en la tercera posición, transita con la tranquilidad de haber adelantado tanto la tarea que se puede permitir el lujo de conservar ese puesto de privilegio pese a haber sumado un solo punto en los dos últimos capítulos del campeonato. Un punto que, sin errores arbitrales y un poco más de acierto en el remate, pudieron haber sido cuatro con una igualada en Getafe y un triunfo contra el Reus. El conjunto amarillo mereció sumar en territorio madrileño pero se topó con un pésimo arbitraje, y frente al cuadro catalán, en el estadio Ramón de Carranza, se hubiese quedado con los tres puntos con un poco de puntería, el único pecado competido en un buen partido, sobre todo la segunda parte.

El Cádiz se ha ganado, con su brillante recorrido, el derecho a fallar de vez en cuando. Faltaría más. Acostumbra a dar tantas alegrías que hasta llega a ser extraño cuando se aparta del triunfo un par de fines de semanas consecutivos. La última vez que enlazó al menos dos envites seguidos sin usar el infinitivo del verbo vencer fue en octubre de 2016, hace ya cuatro meses. Fue en las jornadas décima y undécima, cuando empató a uno en el campo del Tenerife y a dos en casa contra el UCAM Murcia. Aquellas dos igualadas se añadieron a tres capítulos anteriores hilvanados sin ganar hasta alcanzar los cinco. Pero a partir de ahí llegó la reacción y desde entonces el Cádiz no se quedaba dos semanas seguidas sin paladear el éxito. Tuvieron que pasar 15 jornadas para unir dos citas sin victorias, ante Getafe y Reus.

Aunque reducir de manera drástica la producción de puntos no sea plato de buen gusto, la realidad demuestra que encadenar dos encuentros seguidos sin saborear las mieles del triunfo entra dentro de la más absoluta normalidad de la competición. De hecho, desde aquellas jornadas décima y undécima hasta la actual, Cádiz y Girona fueron los únicos equipos que nunca concatenaron dos episodios sin celebrar una victoria. Los demás sí pasaron un mínimo de dos citas unidas sin ganar, incluido el Levante, líder intratable que pasó por un bajón entre los episodios 14º y 16º con un empate y dos derrotas. El Oviedo, al alza ahora gracias a sus tres victorias consecutivas, llegó a sufrir tres varapalos sin respiro (jornadas 18ª, 19ª y 20ª). El Valladolid, inmerso también una dinámica positiva, atravesó un bache entre la 14ª y la 16ª con dos derrotas y un empate.

Cuando los amarillos empataron (0)-0) en el terreno del Levante en la 14ª jornada en la siguiente se impusieron al Alcorcón (4-1). Cuando perdieron (1-0) en Tarragona ante el Nástic, respondieron con un póquer de triunfos ante Zaragoza (3-0), Córdoba (1-3), Sevilla Atlético (4-1) y Elche (2-3). Cuando cayeron (0-1) en casa ante el Valladolid después derrotaron (1-0) al Almería, y tras las tablas a cero en Mallorca, se deshicieron (2-1) del Mirandés.

No cabe la preocupación y sí la ocupación en retomar la senda ganadora aunque los encuentros venideros son dos salidas seguidas, y complicadas, ante Numancia y Oviedo. Para tener posibilidades de éxito, los gaditanos deben mejorar la puntería. La tuvieron a balón parado en Getafe (Sankaré tras un saque de esquina y Aketxe de libre directo) pero contra el Reus desperdiciaron varias ocasiones claras que propiciaron la pérdida de dos puntos. Fue el noveno partido que el Cádiz se quedó sin marcar (un tercio de los disputados, cuatro en casa y cinco a domicilio) y cuando la aparece la ceguera ante la portería contraria, es importarte mantener la propia a cero. Cuatro de esos envites sin marcar los acabó en tablas (ante Girona, Levante, Mallorca y Reus) y perdió los otros cinco (frente a Reus en la primera vuelta, Oviedo, Rayo Vallecano, Nástic y Valladolid).

Llama la atención que el Cádiz, con ocho puntos obtenidos en las cinco jornadas de la segunda vuelta, suma tres puntos más que en el mismo número de partidos en el arranque la primera -cinco- pese a que ahora lleva dos goles menos menos que entonces. De los siete que marcó en los albores del torneo liguero ha pasado a los cinco que acredita en la segunda vuelta. Menos acierto pero una cosecha más productiva gracias a que además recibe menos dianas: media docena en contra llevaba al principio de curso -le marcaron todos los rivales excepto el Getafe y cuatro en la segunda vuelta tras dejar la portería a cero en tres choques (ante Almería, Mallorca y Reus).

La trayectoria del Cádiz sigue firme aunque no haya ganado en las dos jornadas más recientes. Cervera no arriesgó. Prefirió punto en mano que tres volando. El equipo amarillo mantiene intacto el espíritu competitivo y si continúa así no tardará en volver a sumar de tres en tres. Arrinconó al Reus en la segunda mitad y el triunfo no llegó lastrado por una mala tarde en la definición. Así lo supo reconocer una afición que, aunque quería llevarse una alegría, premió el esfuerzo de los suyos pese a que no se movió el marcador. La hinchada es consciente de que su equipo está muy por encima de las expectativas generadas antes del comienzo de una campaña en la que ilusión no decae.

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