Toros

"La obra posiblemente rompe con la visión tópica de Joselito"

  • El escritor adelanta las claves de 'José Gómez Ortega Joselito, el toreo mismo', que publicará la Real Maestranza

La Fundación de Estudios Taurinos, dentro de su colección La Tauromaquia -en convenio entre la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y la Universidad de Sevilla-, publicará en breve el libro José Gómez Ortega Joselito, el toreo mismo, en el que se exponen varios perfiles y aspectos inéditos del considerado ElRey de los toreros. La obra, coordinada por Jacobo Cortines y Alberto González Troyano, con maquetación de Victoria O'Kean, se encuentra ya en imprenta.

-Jacobo, ¿qué destacaría fundamentalmente del libro?

-Hemos hecho una selección de fotografías inéditas, con archivos personales, como el de la nieta de Sánchez Mejías, con Joselito en muchísimas faenas en el campo; también el de Luis Rufino. Y, por supuesto, los archivos de la hemeroteca y de la Maestranza, con visita privada al Museo y su biblioteca. Éste aspecto gráfico lo hemos cuidado paralelamente al discurso literario.

-¿Qué otros aspectos son relevantes?

-También destaca el que se deshace el tópico de que Joselito era torero que pertenecía al pasado y Belmonte al toreo moderno. Y explicar sus claves literarias. Joselito no busca el mundo literario y los literatos no se habían fijado en él. Los del 27 llegan un poco tarde. Y los del 98 no están interesados por los Toros.

-¿Qué temas y quienes tratan su figura?

-Hay una especie de introducción sociológica, con la Sevilla de aquella época, que era una ciudad de contrastes, entre ciudad agraria y fabril, escrita por Eva Díaz. Alberto González Troyano trata el arquetipo de Joselito. Hay una selección de fotos comentadas por Teresa García Espinosa, que abarca desde Joselito, con dos años, estoqueando a su hermano, hasta la última foto de la tragedia, pasando por el estupendo retrato de Beauchy. José Campos hace un análisis muy técnico del toreo de la época, fundamentalmente con una comparación entre Joselito y Belmonte, a través de varios tratadistas. Fátima Halcón proyecta todo lo relacionado con las artes plásticas, incluso con el cine. En éste último apartado hay mucho material novedoso, incluso incluye numerosas caricaturas, muy interesantes. Y yo hago Joselito y la literatura.

-En el especial que le dedicamos a El Rey de los torerosen Diario de Sevilla, usted hablaba de la Velada de 1927 en el teatro Cervantes ¿Por qué no contó con el aliento de los intelectuales de su época?

-No hay una novelización del personaje. La producción popular sobre Joselito es muchísimo mayor que la poesía culta, que va muy a la zaga, muy lentamente. El único poema salvable de cierta calidad de Joselito en vida es el par de banderillas de Villaespesa. Ya a raíz de la muerte surge la elegía de José María de Cossío. Y después, con la generación del 27, Alberti sólo tiene 17 años cuando ve pasar el féretro de Joselito en Madrid. Hay una antología de prosas y versos sobre Joselito tanto en vida como en muerte, con piezas de Don Pío, Don Modesto, que era antigallista y que tras la famosa corrida de Martínez -con un gran éxito de Joselito ante siete toros en Madrid- se vuelve gallista y titula Joselito, papa y rey. Recojo un artículo tremendo de Unamuno, en el que trata la muerte de Joselito como suicidio, entre otras cosas; poemas de Gerardo Diego, Cortines Murube y Alberti; un artículo ambiguo de Eugenio Noel, La gran capea; algunas cosas de Felipe Sassone; y termino con la evocación de Joselito por Agustín de Foxá.

-¿Qué percha literaria tiene el personaje?

-Yo creo que él escribe su propio cancionero dentro y fuera de la plaza y lo rubrica con el sacrificio de su cuerpo. Él no necesitó la literatura. Estaba totalmente volcado en su mundo del toro y la literatura no se dio cuenta; llegó tarde. Sus grandes seguidores fueron figuras menores dentro del mundo intelectual, como los casos de Lugín, Sassone o el revistero Don Modesto.

-Una vez leído el tratado, ¿qué imagen trasluce Joselito?

-El del torero más importante del pasado y del futuro, porque es un caso irrepetible. Y por otra parte, la responsabilidad moral del personaje, de su entrega a su oficio. Cambia el mundo de los toros, con el proyecto de las monumentales. Y al mismo tiempo ese mundo interior de Joselito, con toda esa melancolía y tragedia que lleva el personaje dentro. Es un personaje fascinante. Un auténtico paradigma. Y, sobre todo, la obra posiblemente rompe con la visión tópica de Joselito.

-Por último, ¿qué es lo que más le puede impactar al lector?

-La personalidad de Joselito de inteligencia, entrega y, en el fondo, la tragedia de ese héroe muerto en plena juventud.

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