Saúl Ais Reig pitará dentro de dos semanas el Cádiz-Huesca. Hasta ahí, todo correcto. El problema es que este colegiado, que pertenece al Comité Valenciano, montó el taco en la presente temporada en el Mirandés-Cádiz (3-2). Aquel día, 3 de septiembre, Ais Reig mandó a la caseta antes de tiempo a Gorka Santamaría por doble cartulina amarilla, una de ellas cuando se refrescaba, como hacían otros jugadores, en la zona de banquillos.

El trencilla se cruzará de nuevo con el equipo de Álvaro Cervera apenas dos meses después del lío que organizó en Anduva, donde los amarillos llegaron a ir ganando 0-2. Ais Reig dejó mucho que desear con sus decisiones y su comportamiento, sembrando una gran dosis de impotencia en la expedición gaditana por todo lo sucedido en tierras burgalesas.

El Cádiz-Huesca, de la 13ª jornada de Liga, está fijado para el sábado de la próxima semana (16:00 horas), en un Ramón de Carranza que recibirá de uñas al colegiado al estar muy fresco lo sucedido en la tercera cita liguera.

En el club cadista no ha caído nada bien la designación de este árbitro para un encuentro que, independientemente de lo que suceda el domingo en Lugo, será muy importante para el futuro del equipo en su objetivo por obtener la permanencia.

Detrás de este trencilla hay una historia cuanto menos llamativa, ya que es natural de Alicante -la provincia en la que ascendió el Cádiz en junio pasado- y se apunta desde esa ciudad su cariño especial hacia el Hércules. Su recorrido en el arbitraje cuenta con más de un lío al margen del de Anduva, pues la campaña pasada dio la nota a base de bien en el Zaragoza-Valladolid y en el Ponferradina-Zaragoza.