Una de las notas destacadas del partido es el regreso al estadio Ramón de Carranza de Kiko Casilla, portero del Cádiz en las temporadas 2008/09 y 2009/10. El cancerbero ha trazado una carrera ascendente que le ha llevado a la elite, aunque su paso por el conjunto amarillo no le dejó un buen recuerdo.

El catalán llegó a confesar que, tras su segunda campaña en el Cádiz, que terminó con los amarillos de nuevo en el pozo de la Segunda División B, llegó a plantearse su retirada del fútbol de lo mal que lo pasó. En el rotativo Mundo Deportivo dijo de su segundo en el Cádiz que "fue un tiempo duro. El primer año fue bueno porque logramos el ascenso a Segunda A, pero descendimos y la gente me puso en el punto de mira. Se enzarzaron conmigo y sufrí tanto que estuve a punto de dejar el fútbol. Me cogió con mi mujer embarazada, estábamos solos y con los ánimos bajos por todo lo que estaba pasando. No lo pasé nada bien".

La buena actuación en el curso que acabó en el ascenso a Segunda A -fue uno de los héroes en Irún con grandes intervenciones- le sirvió para continuar una temporada más cedido por el Espanyol, pero las cosas se torcieron y la afición no le perdonó los errores.

Tras su paso por la escuadra gaditana volvió al santuario cadista en el Trofeo Carranza de 2010 enrolado en el Espanyol. Su aportación resultó decisiva porque los periquitos se impusieron en la final al Atlético de Madrid en la tanda de penaltis gracias a las paradas del portero, que no fue muy bien recibido por la afición cadista.

La vida da muchas vueltas y ahora milita en el Real Madrid. Está por ver si juega hoy y cómo es recibido por la hinchada. El tiempo todo lo cura y, cinco años después, las heridas deben estar cicatrizadas.