Desde el verano de 2010 el Cádiz está inmerso en una ley concursal que le ha organizado su deuda pero que también le mantiene atrapado en una dinámica compleja para gestionar. Pero este largo proceso está a punto de acabar si en los próximos días o próximas semanas el Juzgado de lo Mercantil dicta sentencia para que la entidad salga del concurso. Por el momento no se han producido oposiciones a la propuesta de convenio, el paso previo a abandonar el concurso, para que concluya la etapa de los administradores concursales y que el 100 % de la gestión regrese a los propietarios.

María del Castillo Mendaro Dorantes, la Titular del Juzgado de lo Mercantil, está en la recta final para aprobar la propuesta de convenio, tal y como anunció ayer Onda Cero Cádiz. La juez ha abierto diligencia una vez que no se han producido oposiciones a la aprobación del convenio, y con éste el Cádiz saldrá de la ley concursal, que será el último paso en un proceso que se extiende ya por encima de los cuatro años y medio. Los plazos que se establecen para ese anhelado final para los dirigentes, van desde esta semana hasta final de mes, por lo que será posiblemente poco antes, durante o al acabar la Semana Santa cuando se pueda producir la noticia más esperada en el aspecto institucional. Por el momento hay que esperar cinco días por si se produce la presentación de un recurso de reposición, lo que parece poco probable después de haber alcanzado un acuerdo.

Cuando se produzca el fin del concurso, el club ya conocerá que comienza la etapa en la que, cada temporada, tendrá que ir abonando una parte de la deuda final. Esa cantidad a pagar dependerá de la categoría en la que milite el equipo, si bien sería un alivio afrontar los diferentes abonos estando el equipo por encima de Segunda B, ya que la fuente de ingreso es mucho mayor para las arcas de la entidad.

Cabe recordar que en verano de 2010, tras producirse el último descenso a Segunda División B, el club que encabezaba entonces Antonio Muñoz Vera solicitó acogerse al concurso de acreedores debido a que la situación en la entidad era insostenible en el aspecto económico. Todo ello justo después de un enorme batacazo deportivo. Desde ese momento la sociedad pasó a estar controlada por tres administradores concursales, Pedro Pablo Cañadas, Pascual Valiente y José Luis Molina, quienes han sido testigos directos de una etapa muy convulsa como consecuencia de los cambios de dueños en el accionariado, los graves problemas económicos -incluso acumulándose una deuda postconcursal- y la inestabilidad deportiva que ha impedido salir del pozo de la Segunda B, una categoría que para nada ayuda mientras exista una deuda tan importante como es el caso de la del Cádiz.