Cádiz CF

Un comienzo familiar

  • Desde que entrena en categoría nacional en España, Calderón ha firmado cinco inicios de Liga que guardan bastante similitud con el actual sobre todo en cuanto al número de empates

Para Antonio Calderón, el comienzo de Liga del Cádiz 2014-15 no está siendo ni mucho menos el esperado, pero tampoco son desconocidas para él las cifras en las que se mueve el equipo amarillo. El preparador gaditano ha comenzado de forma parecida a como lo hizo en otras cinco ocasiones desde que en 2008 cogió por primera vez desde la primera jornada a un equipo profesional.

Después de una larga etapa en la cantera del Cádiz (juvenil y filial) antes de dar el salto al primer equipo para remplazar a García remón (2007-08), Calderón comenzó su primer proyecto desde verano en el Huesca. Era 2008 y el equipo aragonés acababa de ascender a Segunda A. Las seis primeras jornadas de Liga las saldó el gaditano con una victoria y cinco empates. ¿Les suena? Exacto, muy parecido a la victoria, los cuatro empates y la derrota de la presente campaña. Aquella vez al Huesca de Calderón le costó arrancar después de dos empates en las dos primeras semanas de Liga. La reacción fue una realidad con el paso de las jornadas y la modesta plantilla oscense consiguió su objetivo: la permanencia.

Una temporada después repitieron equipo y entrenador, y los registros iniciales fueron también parecidos a los actuales. La primera jornada ganó en Elche (0-2) y, tras dos empates, en la cuarta encajó su primera derrota. La primera de las dos que cosechó en seis jornadas. No obstante fue el arranque de competición más endeble de un equipo entrenado por Calderón en categoría nacional.

Tras cerrar su exitosa etapa en Huesca, el actual entrenador cadista se embarcó en el proyecto del Albacete -también en la categoría de plata-, que aspiraba a estar en la zona alta aquella temporada. Sumó nueve puntos en seis jornadas frutos de dos victorias y tres empates, perdiendo únicamente en el campo del Villarreal B.

A la siguiente campaña se estrenó como técnico en Segunda B, al frente del gallito Tenerife, donde ha hecho hasta el momento sus mejores seis primeras jornadas de Liga. Con Calderón al frente, la escuadra chicharrera ganó el Vecindario (3-0), al Sporting de Gijón B (1-3), al Albacete (1-2) y al Coruxo (1-0), empató contra el Conquense (1-1) y perdió en el campo del Getafe B (1-0). Los 13 puntos obtenidos lo relanzaron a la segunda posición del grupo.

Su siguiente proyecto desde el principio le llevó de nuevo a Huesca (2012-13), repitiendo sus cifras más habituales: dos triunfos, tres igualadas y una derrota. Nueve puntos desde la novena posición. Sin embargo, fue su peor campaña en el Alto Aragón hasta el punto de que fue destituido al acabar la 17ª jornada. El conjunto azulgrana no mejoró con los recambios porque acabó dando con sus huesos en Segunda B.

Los datos de cuatro de las cinco campañas a las que hace referencia este reportaje tienen mucho que ver con el inicio actual. En las seis primeras jornadas de la 2014-15, el Cádiz tiene siete puntos tras ganar un encuentro e igualar cuatro. Unos empates habituales en el técnico gaditano en sus primeras semanas de competición. Once tuvo con el Huesca en las seis primeras jornadas de las tres temporadas en El Alcoraz, tres en Albacete, uno en Tenerife y cuatro en el Cádiz. Un total de 19 empates 36 jornadas.

Antes de su aparición como entrenador en categoría profesional en España, Calderón tuvo un periplo en el Cádiz B que será muy recordado por la milagrosa permanencia del filial en Tercera. Corría la campaña 2004-05 y la situación del segundo equipo de la entidad era crítica dentro del grupo X a falta de nueve partidos para el final. Aquel año bajaban cinco equipos y el Cádiz B era penúltimo, muy lejos de la permanencia. De las nueve citas que le quedaban, cuatro eran contra rivales de la talla de los desaparecidos CD San Fernando, Racing Portuense, Los Palacios y Villanueva, por lo que la tarea se antojaba harto complicada. Calderón, en el doble papel de sicólogo y entrenador, sacó 22 de 27 puntos posibles con una plantilla que, debido a las bajas, tuvo que recurrir a juveniles. La permanencia fue una realidad por el acierto del técnico y la encomiable labor de un grupo de jugadores comprometido con el proyecto.

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