Solo dos lecturas del guión de La Embajada fueron suficientes para que Abel Folk decidiera dejar lo que estaba haciendo para dar vida a Luis Salinas, el embajador español en Tailandia. El actor se muestra feliz por la gran acogida de la serie, que el lunes pasado emitió su primer capítulo y fue visto por más de 4 millones de espectadores. Además está encantado con el gran equipo con el que trabaja en la serie.

-¿Cómo está siendo el rodaje?

-Pues todavía estamos liados. Aún quedan cuatro o cinco capítulos por rodar, pero está siendo una experiencia muy buena. No puedo adelantar mucho de lo que va a ocurrir pero el final del primer capítulo, la detención de Ester, nos va a afectar mucho a todos.

-El lunes pasado La Embajada fue líder de audiencia con más de cuatro millones de espectadores, ¿cómo han recibido la noticia en el equipo?

-Antes de saber la audiencia ya lo pasábamos bien y ahora tenemos ese plus que nos hace más felices todavía. La Embajada es una de las mejores producciones de Bambú. El equipo está formado por técnicos muy buenos y por artistas estupendos. Una gran mezcla.

-Usted confió en el proyecto desde el principio. Estaba haciendo teatro, leyó dos guiones de la serie y decidió dejarlo todo para dar meterse en la piel de Luis…

-Efectivamente, estaba haciendo un musical en Barcelona y tras leerme dos guiones de La Embajada decidí dejar lo que estaba haciendo para hacer la serie. Fue complicado porque tuve que decirle al equipo del teatro que lo dejaba. Tomé la decisión porque al leer los guiones entendía a Luis, veía que yo podía hacer el papel de ese señor. Además Bambú es una productora con mucho prestigio en el país y el casting de actores es espectacular. Es como si te pones a soñar y te ocurre lo que sueñas. Yo soñaba con un papel así.

-A lo largo de su carrera ha interpretado a bastantes personajes, ¿qué le aporta el personaje de Luis?

-La Embajada no es una serie de buenos y malos, de blancos y negros. Es una serie de grises y eso me gusta. De Luis me quedo con que tiene una visión del mundo con la que me siento bastante identificado. A veces hace gala de una ingenuidad con la que se cree que el mundo es mejor y al final se encuentra con que el mundo no es así. Es un personaje muy rico que colisiona con la realidad del mundo.

-Un aspecto importante de La Embajada es que trata el tema de la corrupción, no todo el mundo se atreve a tratarlo en una serie de televisión...

-Sí. Desgraciadamente lo que pasa en La Embajada es uno de los principales problemas de la sociedad. Con la serie queremos hacer una lucha contra esa lacra. Bambú ha cogido el toro por los cuernos con este tema y lo ha hecho con talento y libertad. En Estados Unidos es evidente que cada vez que hay un suceso importante se lleva al cine o a la televisión. En España todavía nos cuesta un poco más hacer estas cosas.

-Tras verle en La Embajada muchos espectadores han descubierto su trabajo como actor de rodaje y le han identificado con la voz de Pierce Brosnan en James Bond…

-Estoy muy orgulloso del trabajo de doblador aunque siempre digo que los dobladores tienen que ser anónimos. La gente tiene que creerse que la voz corresponde al personaje que ve y que no vea la cara que hay detrás de la voz.

--¿Qué opina sobre la ficción que se hace en la televisión española con tan bajos presupuestos en la mayoría de ocasiones?

-Pienso que los presupuestos son proporcionales a la potencialidad que hay en España para la ficción. Y se puede decir que son suficientes para hacer buena ficción porque está demostrado que se hace.

--¿Y qué piensa sobre la competencia? La noche del lunes compite La Embajada con El Ministerio del Tiempo y luego hay otros días en los que no se emite ninguna serie en ninguna cadena…

-Me sabe mal que una serie que me gusta como es El Ministerio del Tiempo sufra las consecuencias de La Embajada. Me sorprende que las cadenas pongan a competir lo mejor que tienen el mismo día y no que cada una tenga un día. Entiendo que por motivos de publicidad y audiencia tenga que ser así. Los que hacemos las series no tenemos que pensar en eso, tenemos que pensar en encontrar nuestro público. Desde el punto de vista de los espectadores deberíamos no ser tan esclavos de las televisiones generalistas, rebelarnos contra eso y aprovechar que hoy en día se pueden visionar las series y los programas a cualquier hora del día.