Y de repente nos hicimos modernos. Olvidamos a Agustín Pantoja, a Daniela Romo (¿quiénes?), al ballet de Norma Duval y a Ana Obregón. El vídeo dirigido por John Landis dejó boquiabierta a toda aquella audiencia noctívaga que estaba siguiendo el primer Especial Nochevieja que TVE producía en directo, el Viva 84. El remate, sobre las cuatro de la mañana, no iba a ser el striptease que habían anunciado y que se optó posponer a mejor ocasión (ya llegaría el tiempo de la peludita Cicciolina un año después, con la revelación de Los Morancos). El epílogo a Martes y Trece iba a correr a cargo de los 14 minutos de Michael Jackson y el videoclip Thriller, la canción más reproducida en la historia y de cuyo elepé de vinilo, qué tiempos, se vendieron 104 millones de ejemplares. Chúpate esa Itunes.

El terrorífico vídeo se estrenó en la MTV el 2 de diciembre del 83 y en España se aguardó a la estelar noche del 1 de enero, cuando a la cadena pública le dio un arranque de dignidad para competir con la autonómica catalana y hacerlo entonces como nunca. Eran celillos de las autonómicas que se subían a las barbas de Prado del Reír.

El director general de RTVE, José María Calviño, hizo poner las pilas al personal tras el mamarracho de las uvas del año anterior, cosas de la transición al felipismo en una TVE de cuervos soterrados, y encomendó el programa al especialista del entretenimiento en directo, el realizador del Estudio abierto de José María Íñigo, Fernando Navarrete. El ahora consejero de la corporación salió airoso del empeño. Los humoristas no dijeron nada grueso, los cantantes se atuvieron a su play-back y todo quedó como así, como muy innovador. Navarrete se encargó en años posteriores de la Nochevieja en directo. En 1987 la 'dire' Pilar Miró dijo entonces que se encargaba ella de la grabación, encomendada a Hugo Stuven, y se dejaron de hacer aquellos maratones en directo que incluyeron anécdotas como el batacazo de Mayra Gómez Kemp recién empezado 1987.

Thriller, decíamos, fue el inesperado regalo con que TVE comenzó el 84. Hace treinta años, aunque a veces parezca que fue hace ya treinta siglos. Entonces no estábamos ni en el Mercado Común. Y Michael Jackson era una piruleta de vanguardia comercial. Detrás estaba la historia de una estrella pop que quería demostrar que había crecido de sobra ante ese público que lo había seguido desde que era la mascota de sus hermanos en 1964. En 1982 había grabado el disco que lo consagraría aunque la popularidad definitiva no llegó hasta que se produjo el vídeo de la coreografía de zombis y maquillaje excepcional, con la chaqueta roja, plástica y con hombreras, que se convirtió en un icono de la moda. Michael aún era evidentemente negro y su novia en la ficción, la gritona Ola Ray, fue un fugaz romance del infortunado cantante antes de que terminara ensimismado en la cumbre y ella optara por enseñar su thriller en la revista Playboy.

A una accidentada grabación del disco, del que Jackson salía frustrado con cada esfuerzo, le sucedió un año después el rodaje de este videoclip con ínfulas de Hollywood y con el cine dentro del cine.

En aquellos tiempos cuando sólo había un Especial Nochevieja y todo el mundo aguantaba lo que hiciera falta para verlo hasta el himno nacional y aprenderse los chistes de Tip y Coll, los espectadores de TVE sufrieron un impacto con ese videoclip que costó casi un millón de dólares y que había que amortizar emitiéndolo por todas partes. Martes y Trece era entonces un trío y fueron los que sazonaron la presentación junto a una Anita Obregón en rampa de lanzamiento. Al lado de Mari Carmen y sus muñecos Josema, Millán y Fernando nos parecían posmodernos. Antes de Thriller los cantantes que pasaron por el Viva 84 fueron Camilo Sesto, Francisco, Gonzalo o Los Chunguitos ("cuarenta añooos", dirían en Tu cara me suena). Estrellas de vinilo frente a un movimiento de la Movida que apenas lograba encontrar hueco en espacios como Caja de ritmos. La Edad de Oro estaba al caer.

Con las parodias de Martes y Trece (Josema se lució imitando a Teresa Rabal) el desfile de figuras nacionales, con Los Platters y Rita Pavone como invitados internacionales, era una oda sobre lo que se concebía entonces como "gran entretenimiento". Y entonces Michael vino a anunciarnos que por ahí estaban cambiando las cosas más de lo que podíamos imaginar. A golpe de pelvis macabra.