Se presuponía que iba a ser una de las bodas del año, pero Eva Longoria ha preferido pasar lo más desapercibida posible el día que daba el sí quiero al empresario mexicano José Bastón. Aunque en los días previos se filtró a la prensa que el enlace se celebraría el día 21, la pareja se afanó al máximo para celebrar la ceremonia y la posterior fiesta en la más estricta intimidad. Por eso eligieron el jardín de su casa, en el mexicano Valle de Bravo, sobre el lago Avándaro, para sellar su amor en presencia de unos 80 invitados. Sólo acudieron los familiares y los amigos más íntimos de la pareja, entre los que se encontraban algunos rostros muy conocidos, como el cantante Ricky Martin, la actriz Melanie Griffith o David y Victoria Beckham.

La novia eligió para la ocasión un vestido recto de escote corazón y tirantes anchos diseñado por su amiga Victoria Beckham y en el pelo optó por un semirecogido, del que se encargó el famoso estilista de Hollywood Ken Paves. El novio, por su parte, escogió un traje de chaqueta gris del diseñador italiano Brunello Cucinelli. En esta ocasión no llegaron al altar en compañía de un cortejo de damas de honor sino precedidos por las dos hijas del empresario mexicano, Tali y Mariana.

Tanto la ceremonia (oficiada en inglés y español y bajo un arco dorado adornado con flores y luces) como el posterior convite estuvo organizado por la hermana del novio, Rosalía, que dejó la comida en manos de los prestigiosos cocineros mexicanos Eduardo Kholman y Enrique Olvera. En el cóctel Eva Longoria hizo un guiño a una de las causas por las que trabaja, ya que dejó la música a cargo del grupo Pro Down, integrado por jóvenes con síndrome de Down. Los novios, convertidos ya en marido y mujer, abrieron el baile con la canción 'Volver' de Carlos Vives.

Ésta es la tercera boda para Longoria y la segunda para Bastón. Los recién casados inician ahora un viaje de luna de miel que se prolongará hasta el 9 de junio.