Pasarela

Galliano cual ave fénix

  • Tras ser expulsado de las pasarelas en 2011 por su actitud antisemita, el gibraltareño vuelve a la moda como director creativo de Martin Margiela.

Aprovechó su última aparición en televisión para mostrar al mundo su arrepentimiento. John Galliano no está orgulloso de sus actos. Estaba en la cumbre del universo fashion cuando un vídeo en el que aparecía en actitud racista, borracho y gritando "amo a Hitler" lo arrastró a los infiernos. La firma Dior, para quien trabajaba, lo despidió de manera irrevocable y el mundo de la moda en general le dio la espalda. Durante todo este tiempo John Galliano se ha refugiado en su otro yo, en Juan Carlos Antonio Galliano Guillén, ha pasado por un centro de rehabilitación y se ha sentido humillado tras ser rechazado en todos los trabajos a los que postulaba, desde un curso en la escuela Parsons, hasta una colaboración estable con la firma Oscar de la Renta. Quién se lo hubiera dicho al que reinó sobre la pasarela de París gracias a la más espectacular y creativa de las propuestas. El estudiante brillante, el 'picasso de las pasarelas', necesita ser perdonado, aunque tiene claro que su recuperación le llevará toda una vida. Y lo está consiguiendo. Está resurgiendo cual ave fénix.

El rumor surgió en la última Fashion Week parisina y ayer terminó de confirmarse, el gibraltareño se une a la enigmática casa Martin Margiela como director creativo, una extraña pareja que posiciona al más mediático diseñador de los últimos años a los mandos de una firma que hasta ahora no había mostrado la identidad de ninguno de sus creadores. Una oportunidad única en la que puede volver a dar rienda suelta a su efervescencia creativa y terminar con ese juego amor-odio que mantiene desde 2011 con el mundo de la moda.

Martin Margiela recibe con los brazos abiertos a quien considera "un modisto excepcional y único", tal y como ha señalado en un comunicado el presidente del grupo OTB, Renzo Rosso, propietario de la firma -y de otras como Diesel-, quien asegura que la casa de origen belga está "preparada para un nuevo espíritu creativo carismático". Y en eso John es único.

Fundada en 1988 por un anónimo director creativo de idéntico nombre y enmarcada en la senda conceptual de los Seis de Amberes, las señas de identidad de esta casa de moda han estado marcadas por el deconstructivismo y el trabajo conceptual. El diseñador belga, que trabajó como asistente de Jean Paul Gaultier, jamás dio la cara, nunca saludó tras un desfile o concedió entrevista alguna, ni se conoció su rostro. Una actitud que reforzó con etiquetas completamente blancas, cosidas a cada prenda con cuatro torpes pespuntes con números del 1 al 23, en la que cada numeración corresponde a una de las líneas de la firma. Esta actitud se mantuvo tras la marcha del fundador en 2009, y uno de sus colaboradores más estrechos continuó al frente de la dirección creativa, aunque su rostro también permaneció oculto como parte de esta tradición. Teniendo en cuenta todo esto es más que llamativo que la firma haya dado ese giro nombrando como director creativo a un diseñador tan mediático y extravagante como Galliano y más con la controversia que arrastra.

Este extraño matrimonio, para muchos de conveniencia, pone a trabajar codo con codo a una de las más conceptuales firmas de moda con uno de los diseñadores que mejor sabe hablar sobre la pasarela el lenguaje del espectáculo y la teatralidad.

John Galliano vuelve a la escena pública, focos hacia su persona.

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