Pasarela

La perfección a todos los niveles desde el Borne barcelonés

  • El centro de formación de Hofmann es el único de Europa que luce una estrella Michelin y sus alumnos se reparten por los mejores restaurantes del mundo.

Entre Layetana y la Ciudadela el Borne es el barrio más encantador de Barcelona, aunque no siempre fuera así. Cuando Mey Hofmann abrió su escuela de cocina en la calle Argentería en 1983, en un antiguo centro escolar, el entorno de la basílica de Santa María del Mar no era tan idílico como ahora. Ahora los visitantes se pierden por estas calles. La escuela Hofmann es uno de los motores del Borne y en sus fogones y mesas se han forjado nombres notorios de la gastronomía. Cada año cuenta con unos 500 alumnos entre sus diferentes cursos, pero con la calidad y la pulcritud como premisas. Chefs como Joan Roca, José Andrés, Arzak o Martín Berasategui fichan de Hofmann cada vez que necesitan personal. Mey es la chef que forma chefs, junto a los 55 profesionales, entre ellos 12 maestros de cocina, que forman parte de su equipo. El restaurante de la escuela luce una estrella Michelin, el único de un centro formativo de Europa que puede presumir de ella.

Hofmann es conocida en especial por sus postres, todo un despliegue de sutilidad en la pastelería de la calle Flassaders, y donde los cruasanes de chocolate o mascarpone no hace falta garantizar que son frescos porque se renuevan cada tres horas. Pero además de lo dulce en la escuela y en los locales Hofmann la pericia culinaria se despliega en todas las vertientes y en todos los sabores.

La maestra Mey surgió de la pura vocación. Hija de un ingeniero alemán, descubrió de niña la cocina en un internado y lo que parecía ser la afición que la iba a acompañar siempre, tras forjar sus conocimientos en París, se transformó finalmente en una escuela que también asesora a grandes restaurantes de China o Rusia, donde hace ya tiempo que se han rendido a la cocina española.

En Hofmann todo es aroma y los chefs se preocupan por formar en torno a los productos de mercado, mimados en las preparaciones. Los cursos temáticos de la escuela versan desde los panes de invierno a las hamburguesas, la alta gastronomía peruana (la más pujante junto a la nuestra), la pasta fresca e incluso los picnics o el chocolate. De aficionados a chefs que se quieren poner al día, las aulas del Borne son un recorrido por lo selecto y por la actualidad gastronómica.

La última incorporación de Mey ha sido la terraza en un histórico edificio de su barrio, también en la calleja de Flassaders, donde se hace un recorrido por las cocas, una de las especialidades de siempre de la maestra barcelonesa (insuperable cuidado hacia la humilde sardina), el pulpo a la gallega o la lasaña. Todo se puede degustar en un ambiente primaveral, donde cabe el refresco, el café o la copa.

En la Taverna Hofmann, en la calle Girona, se puede disfrutar de una selección del reconocido restaurante de la escuela con platos emblemáticos de la casa como los calamares confitados con cebolla de Figueras, el bacalao con sofrito y alioli, los buñuelos de bacalao o la presa ibérica a la brasa: las carnes andaluzas tienen un lugar preferente en estos fogones catalanes, donde el aceite de oliva es el rey. Los pescados de la zona tienen un tratamiento especial como se desarrolla en los menús.

La dedicación y la disciplina son los valores fundamentales que se inculcan y exigen a los alumnos de los cursos profesionales que catapultan a locales de primera línea.

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