Nació como Elio Berenguer porque su padre, Juan Berenguer, lo quiso llamar como al 'sol' en griego. Cuando Juan murió durante un fusilamiento al estallido de la Guerra Civil, Elio sólo tenía siete años, y un periodo de tiempo muy duro por delante. Más tarde se convertiría en uno de los principales diseñadores de España, y se rebautizaría a sí mismo como Elio Berhanyer: "Si mi padre me había puesto el nombre, el apellido lo tenía que construir yo", dijo una vez en una entrevista. Su apellido no fue lo único que construyó, porque hoy en día este cordobés afincado en Madrid es uno de los referentes de la moda de nuestro país junto a Balenciaga o Pertegaz.

Aunque nació en Córdoba, la dureza que vivía el país en los primeros años de su vida lo hizo vivir entre su ciudad natal y Sevilla, trabajando en lo que podía para ayudar a su familia, que era muy pobre. Pero con diecinueve años llegó a Madrid y su suerte comenzó a cambiar, porque fue entonces cuando Elio y el mundo de la moda se conocieron. Hasta entonces, el hijo de Juan Berenguer quería ser arquitecto, pero en 1956 comenzó a trabajar como modisto y diseñador de vestuario en obras de teatro de autores tan reputados como Antonio Gala o Fernando Arrabal. De ahí una frase que él mismo dijo y define su trayectoria a la perfección: "Yo no elegí la moda, la moda me eligió a mí".

Lo suyo era un don innato, Berhanyer aprendió de manera autodidacta y en el año 1960 ya presentó su primera colección, que tuvo un gran éxito. Balenciaga, que tuvo su principal atelier en París, intentó llevarse al diseñador cordobés a trabajar con él, pero él no quiso. Balenciaga era elegante, pero quizás demasiado serio para Elio. A él le atraía más el moderno Givenchy, quizás porque su vena arquitectónica le hacía innovar más en la moda. Fuera como fuere, a partir de los años 60 consiguió convertirse en un famoso diseñador de Alta Costura que vestía a personalidades como la reina Sofía, la infanta doña Pilar o las actrices Ava Gardner y Cyd Charisse.

Sin embargo, llegó el año 1974 y con él una fecha fatídica para el mundo de la Alta Costura española. Aquel año, el gobierno decidió que el mundo de las pasarelas era un lujo que la economía española no se podía permitir, y subió los impuestos sobre él al 60%. Con esta nueva medida, los diseñadores de Alta Costura tenían los días contados, y tuvieron que reinventarse o abandonar su trabajo. Elio Berhanyer fue de los que optó por la renovación, y lanzó una línea de prêt-à-porter para los bolsillos menos exigentes. Diseñó los uniformes de las azafatas de Iberia y los de las del Mundial del 82, los trajes del personal del ferial de Madrid y los del Coro de RTVE. Aún echa de menos la Alta Costura y se lamenta de que España haya perdido el prestigio que una vez tuvo en las pasarelas mundiales por aquella medida del 74. Sin embargo sigue en activo, y declara sin tapujos que no se separará de la moda mientras viva.