El Cádiz pretende retomar la dinámica victoriosa en el choque contra el UCAM Murcia tras acumular cuatro partidos de Liga consecutivos sin vencer, pero si caer en el alarmismo. Es importante ganar, aunque la escuadra gaditana no afronta la cita como un duelo dramático a vida o muerte. “Tan pronto no nos jugamos mucho”, señaló ayer el entrenador del conjunto amarillo, Álvaro Cervera, en la rueda de prensa que ofreció en la Ciudad Deportiva de El Rosal a modo de previa del encuentro que mañana se disputa en el estadio Ramón de Carranza a partir de las seis de la tarde. Queda tanto campeonato por delante que la trascendencia del partido no va más allá de la pelea por tres puntos que, eso sí, son importantes para frenar la racha adversa, escapar de la zona peligrosa y aumentar la autoestima. 

Cervera recordó que el cuadro universitario “nos ganó bien el año pasado. Entonces había un abismo entre ellos y nosotros. Ahora los dos equipos están más igualados”. Se refirió al triunfo visitante por 0-2 poco después de que el míster hubiese tomado el testigo de Claudio Barragán en el banquillo.

Preguntado por las características del rival, desgranó una de sus principales cualidades que obligan al Cádiz a hilar muy fino. A juicio del preparador cadista, el UCAM “no es un equipo defensivo”, aunque “sí le gusta defender bien”. Una de las claves del partido puede ser marcar primero. “Ellos llegan de una derrota y quizás vendrán con el miedo de no recibir un gol el primero. Si en casa conseguimos ponernos por delante en el marcador habremos ganado mucho”, recalcó el entrenador antes de desarrollar su exposición. “Hace tres o cuatro partidos que el Cádiz tiene más la pelota, pero la manera que te la da el rival –en alusión al equipo murciano– es un problema para ti porque te presionan. Quiere que tengas el balón para robarte en un sitio donde te hace daño. Tenemos otro criterio con la pelota, pero no hay que tener el balón donde no debemos”.

¿Qué le falta al Cádiz? Cervera no dudó en su respuesta antes de hacer una reflexión en voz alta. “Faltan los puntos”, dijo para después indicar que “algo más siempre falta, pero somos recién ascendidos, el equipo ha hecho méritos en muchos partidos y no se han sumado los puntos”. El remate es uno de los aspectos a mejorar sin dilación. “No podemos llegar cuatro o cinco veces y no marcar”, apostilló el míster. Lo que no cambiaría es “el juego en sí”, del que está satisfecho en las últimas citas tras superar el bache sufrido ante el Real Oviedo y el Rayo Vallecano.

No ocultó Cervera que hay preocupación por la falta de victorias, aunque no hay ansiedad y sí optimismo para lograr el objetivo. “En el vestuario están tranquilos, siempre están con bromas aunque conscientes de la situación, de que tenemos que sumar puntos. No hemos méritos para estar donde estamos ahora –19º puesto, en zona de descenso–. Sabemos que cuando no se gana la gente se pone nerviosa”.

El responsable del banquillo defiende el trabajo que hace el equipo. “Llevamos una buena trayectoria salvo dos partidos muy malos. Ganar dos encuentros supone meterte arriba y perder dos es meterte abajo. Damos la cara siempre, pero parece que esos dos encuentros malos nos ha envuelto en un halo de negatividad y sólo fueron dos accidentes”.

La profesión de entrenador es de las más inestables porque son los que suelen pagar los platos rotos. Cervera asume con naturalidad la situación. “Ir en contra de eso es ir contracorriente. Cuando no se gana el entrenador no tiene por qué ser el culpable pero puede ser cambiado. Yo sé que cuando las cosas no funcionan todo el mundo cambia de entrenador. Yo eso lo asumo en mi cargo”. Afirmó, con buen humor, que “cuando un entrenador firma un contrato a la vez firma su despido, sólo hay dar con la fecha. A casi todos los entrenadores los echan. Se trabaja peor cuando se habla de ese tema pero yo asumo que eso siempre está ahí”.

El técnico cuenta con el respaldo del club. Cervera comentó que “desde  que llegué hablamos mucho de fútbol. Ellos –en referencia a los responsables deportivos– ven mis ideas y yo las suyas. Opinamos de fútbol con Juan Carlos y Quique Pina. Estar en desacuerdo en algo no es estar no respaldado. Al principio había un poco más de temor porque nunca había trabajado con ellos, pero no hay problemas, es como si hablara con el segundo”.