El Cádiz afronta el próximo fin de semana el reto más difícil de la temporada, el que conduce al ascenso a Segunda A si está por fin a la altura de lo requiere la cita. Está obligado a remontar el 2-0 en contra sufrido con una imagen lamentable en el pasado domingo en el nuevo San Mamés en una misión harto complicada pero no imposible. Necesita tres goles (siempre que no reciba ninguno) o al menos dos para empatar y prolongar la disputa al tiempo extra.

El reto es aún mayor porque el Cádiz tiene que hacer lo que no ha hecho ningún equipo que esta temporada se ha enfrentado al Athletic B: ganar por al menos dos goles de diferencia (siempre que sea por 2-0) o tres para dar la vuelta completa. Las pocas derrotas como visitante de los jóvenes dirigidos por Cuco Ziganda fueron siempre por un gol.

El fútbol ofrece numerosos ejemplos de remontadas. Sólo hay que ver las más cercanas en el tiempo, cómo levantó el Zaragoza la derrota por 0-3 en casa contra el Girona (ganó 1-4 en la vuelta) o el 2-0 que Las Palmas endosó al cuadro aragonés para superar el 3-1 de la ida y subir a Primera. Eso sí, el conjunto amarillo tiene que mejorar, y mucho para batir a un Athletic de Bilbao B que demostró en su feudo el enorme potencial que atesora. No le queda otra al Cádiz que sacudirse los miedos, fortalecerse en el aspecto anímico (tanto en el apartado colectivo como en el individual) y sacar su versión más brillante. Ese el único camino para alcanzar el éxito. No hay otro.

La escuadra gaditana se agarra a su condición de local en el encuentro decisivo. Fue la mejor anfitriona de Segunda B durante la Liga gracias a la pegada en ataque extraviada durante la fase de ascenso, cuando más es necesaria. Si recupera la efectividad en los metros finales y es capaz de mantener la portería a cero, las posibilidades aumentan frente a un adversario que, aunque no es tan fiero a domicilio, tampoco lo pone nada fácil.

De los 21 resultados cosechados por el equipo amarillo como local -los 19 del campeonato de Liga más los dos de play-off-, sólo seis le valdría para lograr el ascenso, en cinco casos serían útiles para igualar la eliminatoria y en los supuestos diez restantes tendría que quedarse un año más (el sexto) hundido en el profundo pozo de la Segunda División B. Los marcadores obtenidos en el Carranza en Liga que servirían al cuadro cadista serían el 4-0 firmado contra San Roque de Lepe y Arroyo, las victorias por 3-0 frente a Lucena, Córdoba B y Almería B y el contundente 5-0 ante el Marbella. Fueron goleadas ante equipos de la mitad de la tabla hacia abajo salvo el filial almeriense, tercer clasificado en el torneo de la regularidad. Ese holgado triunfo es el espejo en el que deben mirarse los hombres entrenados por Claudio Barragán.

Los cinco resultados de 2-0 sumados por el Cádiz en casa durante la Liga (contra Betis B, La Hoya Lorca, Melilla, Cartagena y Villanovense) dejarían la eliminatoria equilibrada y pendiente de la prórroga y quizás la tanda de penaltis. Lo importante, en ese supuesto, sería seguir vivo en la puja por el ascenso.

Una decena resultados obtenidos por los amarillos en el estadio Carranza lo dejarían de nuevo en la división de bronce. No tendrían valor los triunfos frente a Cacereño (2-1), Jaén, UCAM Murcia ni Hércules (los tres por 1-0), ni por supuesto los empates frente a La Roda (0-0), Granada B, El Palo (1-1) y la Balona (2-2). Y peor todavía serían derrotas como las sufridas ante el Sevilla Atlético (0-2) o la más dolorosa y reciente contra el Real Oviedo (0-1).

Si los marcadores como local del Cádiz hacen albergar alguna esperanza, los rubricados por el Athletic de Bilbao B confirman la dificultad que entraña el objetivo de la remontada.

El reto se le presenta el Cádiz adquiere mayor complejidad a tenor de los números contabilizados por los cachorros de Lezama como visitantes durante el curso. Cualquiera de los resultados que obtuvieron en 21 compromisos les valdría a los vascos para dar el salto a Segunda A.

Los bilbaínos presentan un balance fuera de casa de sólo cuatro victorias, diez empates y siete derrotas, todas por un solo gol de diferencia y por 1-0 en cinco ocasiones, como ante Barakaldo, Socuéllamos, Conquense, Tudelano y Fuenlabrada. Los otros dos tropezones fueron por 2-1 ante Rayo Vallecano B y Villanovense. Todas esas derrotas, trasladadas a la vuelta en el santuario cadista, certificarían el ascenso de los rojiblancos.

Siempre que el Athletic B recibió más de un gol fuera de casa también vio puerta, no sólo cuando perdió, también en las tablas obtenidas ante Real Madrid Castilla, Huesca (2-2) y Las Palmas Atlético (3-3).

El conjunto vizcaíno demuestra su fiabilidad en ataque en el play-off -la que ahora el falta a los gaditanos- al haber marcado en los cinco partidos, dos de ellos lejos de su campo (2-1 en el terreno del Villanovense y 1-1 en el feudo del UCAM Murcia).

Para que el Cádiz ascienda el próximo domingo deben cambiar muchas cosas. Difícil, pero no imposible mientras el balón esté en movimiento.