La 31ª jornada del campeonato resultó perfecta para el Cádiz. El equipo amarillo asestó un golpe a la Liga que puede ser considerado casi definitivo para quedar campeón del grupo IV si nada se tuerce en el corto recorrido que queda hasta la línea meta. Derrotó (3-0) con solvencia el pasado sábado al Almería B -tercero a 15 puntos- y el UCAM Murcia no pudo pasar ayer del empate (0-0) en su visita al terreno del Arroyo. Con esos marcadores que dejó el último fin de semana de marzo, el conjunto entrenado por Claudio Barragán afronta el sprint en la recta final del torneo de la regularidad con la diferencia más amplia sobre el segundo clasificado desde que el pasado 11 febrero se aupó a la primera plaza. El líder aventaja en nada menos que ocho puntos a la escuadra universitaria, la misma diferencia que llegó a poseer el cuadro murciano sobre el Cádiz hace cuatro meses cuando en noviembre ocupaba el trono con mano de hierro. Desde entonces hasta ahora el vuelco fue tan radical que los gaditanos sumaron 16 puntos más que su rival directo en la pelea por el puesto más codiciado.

En las 17 jornadas transcurridas en ese periodo de tiempo, el Cádiz se embolsó 43 puntos de los 51 disputados (el 84% del total) gracias a su demoledor saldo de 14 victorias, un empate y dos derrotas. El UCAM no fue capaz de sostener esa producción y se quedó en 27 de 51 (un 52%) para verse relegado a la segunda posición.

Nada ni nadie puede frenar la trayectoria de un líder más sólido que nunca que domina con autoridad cuando sólo restan siete jornadas para el cierre de la Liga. A estas alturas de la competición y con esa amplia diferencia de puntos, el único enemigo del Cádiz es el propio Cádiz. No depende más que de sí mismo para cumplir el primer objetivo de la temporada, que no es otro que comparecer en la fase de ascenso como primero de la clase. Tal y como está la tabla una vez superado el 31º capítulo liguero, al amo del grupo IV le bastaría con conseguir 13 puntos de los 21 pendientes para confirmar su condición de campeón en el supuesto de que el UCAM ganase sus siete partidos, algo difícil pero no imposible. Cada punto que se deje en el camino el equipo murciano será uno menos el que necesite un líder que no puede dejar escapar la oportunidad que se ha ganado a pulso.

Tres envites le esperan en casa al Cádiz y otros cuatro a domicilio. Recibe en el estadio Ramón de Carranza a Balona, Cartagena y Villanovense, y visita a El Palo -el próximo domingo-, Lucena, Córdoba B y Arroyo. Los cuatro duelos a domicilio son contra adversarios inmersos en la dramática lucha por la supervivencia en la categoría de bronce. Por su parte, al UCAM le queda un póquer de choques en campo contrario y tres en su feudo. Acude a los feudos de La Hoya Lorca -el próximo fin de semana-, Cacereño, San Roque de Lepe y El Palo, y se mide en la vieja Condomina a Melilla, Sevilla Atlético y Almería B.

Si el equipo amarillo no levanta el pie del acelerador y mantiene la intensidad que le ha llevado hasta la cima, lo normal es que sea campeón de manera oficial con varias jornadas de antelación y disponga así de margen más que suficiente para preparar la eliminatoria contra el primer clasificado de otro grupo. Oviedo, líder del I, y Nástic, jefe del III, lo tienen igual de bien que el Cádiz para meterse también en el cruce entre campeones. El cuadro asturiano, con 69 puntos -el que que más acumula de toda la Segunda División B- manda con ocho de diferencia sobre el segundo, el Murcia, mientras que el conjunto tarraconense tiene seis más que el Huracán Valencia.

En el grupo II nada está decidido. Reina la incertidumbre y todo puede pasar en las siete jornadas restantes. El líder es el Huesca con 55 puntos, uno solo de ventaja sobre el Real Unión de Irún y el Guadalajara y dos más que el Athletic de Bilbao B. El Toledo, quinto con 50, también conserva posibilidades de acabar como campeón, así como el Real Madrid Castilla, sexto con 49.