Pocas veces puede decirse en el fútbol que no duele una derrota. Pero la cosechada por el Cádiz en el Madrigal sólo dejó buenas noticias para los gaditanos, que se despiden con la cabeza muy alta de la presente edición de la Copa del Rey. Los de Claudio Barragán plantaron cara durante muchos minutos a todo un Villarreal, que tuvo que esperar al segundo periodo para imponer la lógica en el marcador. Trigueros, de penalti, y un doblete de Gerard Moreno doblegaron a un Cádiz serio, ordenado y valiente mientras aguantaron las piernas.

El equipo cadista no pudo más que capear el temporal en los primeros minutos ante un Villarreal muy dominador pero que no terminaba de culminar sus jugadas. De hecho, fueron los amarillos, ayer de rosa, los que más cerca estuvieron de adelantarse en el minuto 13, gracias a un centro de Kike López que no llegó a rematar a gol por milímetros Airam.

La ocasión animó a los gaditanos, que llegaban con descaro a los dominios de Juan Carlos. El plan de Claudio estaba muy claro y daba sus frutos: sin complicaciones atrás, presión constante y transiciones rápidas. La zaga se mostraba segura y el Villarreal, visiblemente incómodo y quizás sorprendido por el planteamiento de los visitantes, sólo era capaz de generar peligro con lanzamientos desde la frontal, por suerte para los cadistas sin demasiado acierto.

Poco a poco los de Marcelino García Toral recuperaron terreno y consiguieron adueñarse de nuevo del balón. El dominio se tradujo en ocasiones y en el minuto 36 Gerard tuvo el 1-0, pero mandó fuera un buen centro desde la banda de Naranjo. Tres minutos más tarde, ocasión aún más clara en botas de Nahuel. Espinosa sirvió un balón franco al punto de penalti pero el argentino, con todo a favor, tiró desviado y el esférico se marchó rozando el palo derecho de la meta de Alonso.

Las ocasiones no lograron descentrar al Cádiz, que continuó fiel a su plan. Claudio tenía motivos para estar contento, viendo el ejercicio de seriedad, compromiso y ganas que estaban llevando a cabo los suyos ante un rival de muchísima entidad. Sin salirse del guión marcado por su técnico, los futbolistas dieron la cara y lograron que la primera parte acabara en campo del Villarreal. Si algo podía ganar el conjunto amarillo era en imagen, y en estos 45 primeros minutos lo consiguió con creces.

Nada más volver de vestuarios Migue García tuvo una ocasión inmejorable para enmudecer al estadio castellonense. El jiennense protagonizó una espectacular galopada por su banda y su disparo cruzado lo rechazó con muchísimos apuros Juan Carlos, antes de que la zaga despejara definitivamente el peligro. Acto seguido respondió el Villarreal con dos buenas ocasiones, la primera un disparo lejano de Naranjo que sacó como pudo Ricky y la segunda, dos minutos después, con un cabezazo centrado de Pina que atajó con seguridad Alonso.

Corría el minuto 54 cuando una jugada de ataque del Villarreal iba a terminar en penalti, cometido por Kike López sobre el excadista Jaume Costa. Desde los once metros Trigueros no falló y dio la puntilla a la eliminatoria, si no la tenía ya desde el partido de ida. A partir de entonces los de Marcelino subieron una marcha y comenzaron a tocar el balón como ellos saben, además de dar entrada a dos de sus estrellas, Bruno Soriano y Giovanni Dos Santos. Ante tal potencial poco podían hacer los de Claudio, que además de mantener el tipo al menos intentaban mostrarse en ataque casi siempre por medio de un motivado Migue García.

A poco que apretara un poco lo normal era que el Villarreal abriera hueco en el marcador y casi lo consigue Gio en el 72 tras recibir un espectacular pase de Bruno, pero Ricky Alonso puso el cuerpo y logró desviar lo justo el remate del mexicano. El partido se le estaba haciendo largo a los cadistas y un claro ejemplo fue la jugada del 2-0. En el 79, Moi Gómez se coló con excesiva facilidad por la banda izquierda y cedió atrás para que Gerard Moreno, que ya anotó en la ida, marcara el segundo. Claudio refrescó el equipo con los canteranos Diego González, Galindo y José Mari, pero los gaditanos esperaban ya el pitido final como agua de mayo. El desgaste tras muchos minutos plantando cara a todo un Primera pasaba factura.

Ya al filo del descuento un centro de Jaume Costa lo transformó de nuevo Gerard Moreno en el 3-0, excesivo castigo para un Cádiz que dio la cara, y de qué manera, mientras aguantaron las piernas.