Genio y figura. David Vidal Tomé en estado puro. El ex entrenador del Cádiz realizó ayer su particular juicio de valor de la destitución de Antonio Calderón y la elección de Claudio Barragán como sustituto del gaditano. El primero fue entrenado por Vidal y el segundo su ayudante en el Elche. Lamenta, sin decirlo, que un nuevo tren haya pasado de largo sin acordarse sus ocupantes que ante su casa hay un entrenador en activo que firmó páginas doradas para el cadismo en Primera División.

Amable a pesar de su tono desconfiado, David Vidal atiende a Diario de Cádiz. Aún no se ha manifestado pero sabe perfectamente sobré qué le van a preguntar: la llegada de Claudio Barragán. "Le tuve como segundo en el Elche. Cuando el equipo iba mal cesaron a Luis García Plaza y me llamaron. Fue decisión mía quedarme con él (Claudio) de ayudante. Trabajó bien", recuerda antes de agregar que "es un hombre fiel y ayudó a que se lograra salvar el equipo". "Luego me renovaron dos temporadas y me preguntaron si quería seguir contando con el mismo segundo y dije que sí. Es un hombre muy cualificado. Claudio se portó bien y David Vidal le renovó dos años porque hizo un buen trabajo".

Las palabras del que fuera también entrenador del CD Logroñés (equipo desaparecido), Rayo Vallecano, Villarreal, Hércules, SD Compostela, Real Murcia, Las Palmas, Lleida, Elche, Albacete y Xerez Deportivo demuestran que tiene en estima la profesionalidad del nuevo responsable de la plantilla cadista, si bien deja entrever las grandes diferencias entre ser primer o segundo entrenador. "Estuve siete años en el Cádiz como segundo entrenador. Un ayudante es eso, pues las decisiones las toma el entrenador principal", papel que ahora asume el valenciano en el conjunto amarillo.

Deshojando la margarita de las características de Claudio, Vidal habla por encima huyendo de las preferencias del técnico en cuanto a estilo de juego. Quizá el gallego se centra antes que nada en la persona. "Él era respetuoso conmigo y en su puesto. Me suspendieron dos partidos por una expulsión y fue precisamente contra el Cádiz cuando le tocó estar en el banquillo. Cuando acabó, le dije que fuera a la sala de prensa a atender a los medios de comunicación. Fue una decisión que pocos entrenadores toman". Pero su discurso se tuerce hacia la rabia contenida por lo que pudo ser y no es cuando se le pide su opinión sobre la elección de Claudio. "Me parece bien... Aquí mandan otros señores de afuera. Llevo viendo al Cádiz dos años y medio, pero la gente que manda no es de Cádiz. Mandan otros. Conozco bien la plantilla, la del año pasado y la actual, jugador por jugador", añadiendo una frase lapidaria: "Tengo seis veces más currículum que el entrenador que han traído. Le deseo lo mejor, aunque debe acoplarse e ir conociendo todo"

Y de rey puesto al rey muerto. Esto dice sobre la destitución de Antonio Calderón. "Es normal. El equipo no jugaba bien y no hay que olvidar que el Cádiz es el Real Madrid de la Segunda B. Y como no vuelva a sus orígenes, a trabajar con la cantera, será difícil". En este sentido prosigue con su discurso preferido y más habitual. "El Cádiz siempre vivió de la cantera. Con esos jugadores estaba en Primera y luego los podía vender. Ahora tenemos técnicos y directores deportivos que llevan quince o veinte años dando bandazos, cuando tenemos un estadio y una ciudad deportiva de Primera", advierte. Y recordando su pasado, ya lejano, en el banquillo del Cádiz le lleva a decir que "yo, con un jugador que se llamaba Mágico González, hacía el cincuenta por ciento de los entrenamientos entre la playa Victoria y la de Cortadura". "Todo ello con gente de la casa, de Cádiz. Así en Primera División. Llegamos a las semifinales de la Copa del Rey con un setenta por ciento de la plantilla de Cádiz y su provincia. Y ahora no hay ninguno de Cádiz y estamos en Segunda B".

Su dolor camina enmascarado en un lógico orgullo y le hace hablar con malestar y cierta pena al ser el eterno candidato. "Puede suceder cuando se haga cargo gente de Cádiz, pero soy feliz igualmente aunque no lo entrene. No me muero por entrenarlo, pero ya merecía hace dos o tres años yo coger el equipo". Aprovecha la ocasión para puntualizar que "estoy en activo y me encuentro en óptimas condiciones para entrenar". "Durante los fines de semana voy a Sevilla y Huelva a ver fútbol, además del Cádiz".

A pesar de que el mercado no da cabida a tantos entrenadores, David Vidal deja abierta la puerta "a irme fuera, también lo contemplo" y admite que "me han llamado algunos equipos de Tercera de capitales de provincia y no acepté". "Espero otra cosa y si no viene no pasa nada", concluye el entrenador gallego.