El Cádiz empieza a sonreír. Tiene motivos para hacerlo porque de nuevo pisa el terreno en el que en teoría debe moverse a lo largo de toda la temporada. Pocos podían imaginar que, después de cerrar septiembre en una desagradable 12ª posición y con síntomas preocupantes tras las prestaciones ofrecidas sobre el césped, el equipo amarillo iba a estar, un mes más tarde, en la segunda plaza del grupo IV de Segunda División B. Diez puestos remontó en un mes de octubre casi perfecto que se convierte en el espejo en el que mirarse para mantener la línea ascendente y seguir sumando puntos de manera permanente.

El Cádiz ya está aquí, aunque las dudas generadas en los albores de la competición obligan a los pupilos de Antonio Calderón a confirmar la mejoría cada siete días. El próximo domingo tratará de dar continuidad a la buena racha en el primer test de noviembre frente a un San Roque de Lepe que va a más con el desarrollo de la competición. Poco tendrá el choque con el de la Copa.

El trabajo da sus frutos y tanto cuerpo técnico como jugadores no regatean esfuerzos para revertir una situación que da un giro radical si se comparan los dos periodos mensuales más cercanos en el tiempo. Nada tiene que ver el notable de octubre con el deficiente septiembre que había sembrado un campo de minas a modo de dudas que llegaba a poner contra las cuerdas al entrenador.

El Cádiz afrontaba el décimo mes del año con la pesada losa de no haber ganado ninguno de los partidos de Liga que había disputado en septiembre (en los dos de la Copa del Rey sí había salido victorioso ante el San Roque de Lepe y el Lealtad, y sólo arrastraba un triunfo liguero en la jornada inaugural, celebrada en agosto) y una enorme presión sobre el banquillo y los futbolistas porque ni el rendimiento ni el resultados eran los esperados. Pero la vida da muchas vueltas y lo que hace poco era un poso de oscuridad ahora es un amplio ventanal de luz por el que entra un halo de esperanza que hay que alimentar cada fin de semana.

De los cinco encuentros programados en octubre, cuatro de Liga y uno de Copa, el Cádiz ganó cuatro, empató uno y no perdió ninguno. Además de eliminar a la Balona en el duelo copero a muerte súbita (1-2 en el Municipal de La Línea) y cumplir el objetivo de acceder a dieciseisavos para medirse un equipo de Primera con sello 'europeo' (el rival será el Villarreal en diciembre), en el torneo doméstico encontró la regularidad necesaria para pelear por el máximo objetivo. Tres victorias y una igualada jalonan la trayectoria liguera del mes que ahora acaba. Triunfos caseros contra La Hoya Lorca (2-0) y Cacereño (2-1) y el primero a domicilio contra el Sevilla Atlético (1-3), y tablas en la siempre complicada visita al campo del Melilla (1-1). En total, diez puntos de 12 posibles, el triple de lo conseguido el mes anterior.

El cuadro gaditano da un paso al frente y es capaz de romper barreras para ir enderezando el rumbo errático de principios de curso. Ganar el pasado domingo la Ciudad Deportiva del Sevilla supuso, además del primer éxito fuera de casa en la Liga (ante un rival que hasta entonces no había caído en su feudo), la segunda victoria consecutiva en el torneo que de verdad importa a los amarillos que deja abierta la posibilidad de encadenar más en las próximas jornadas. Con las tres dianas obtenidas en territorio hispalense, superó su mejor marca goleadora en la Liga, en la que no había pasado de dos tantos (ante Betis B, La Hoya y Cacereño).

En los cuatro partidos de octubre marcó el Cádiz ocho goles (sin contar los de la Copa), dos más de los que consiguió en el total de las seis jornadas anteriores. Una señal de que los amarillos empiezan a ver puerta, y cuando los goles entran en el arco contrario, los tantos recibidos duelen menos. El equipo gaditano recibió en octubre una media que no llegó a un gol por cada dos que hizo.

La senda positiva marcada en octubre le sirve para mejorar el balance general de las diez jornadas ya tachadas del calendario. Los gaditanos suman más puntos de los disputados (17 de 30) con un bagaje de cuatro victorias, cinco empates y una sola derrota, más tres triunfos en la Copa. Octubre marca el camino después del salto cuantitativo que ha dado un equipo que ya no quiere bajarse de la parte alta de la montaña, de la que sólo le queda alcanzar la cima para quedarse. Ese el gran objetivo, aunque los siete puntos de diferencia que tiene el UCAM Murcia no ponen nada fácil el asalto al liderato. Paciencia. Quedan 28 jornadas, o lo que es lo mismo, 84 puntos en liza para cada conjunto, un inmensidad en medio del océano y una larga travesía por recorrer.