Sevilla Atlético-Cádiz

Poderío a tiempo completo (1-3)

  • El mejor partido de los amarillos en lo que va de curso se salda con la primera victoria liguera fuera de casa después de remontar con autoridad el gol de un inocente equipo local

Necesitaba el Cádiz una victoria como la que ayer consiguió en la Ciudad Deportiva del Sevilla ante un rival que hasta entonces se había mostrado intratable en casa. El conjunto amarillo dominó de cabo a rabo en su mejor partido de lo que va de curso y deja buenas sensaciones que habrá de ir confirmando en el examen de cada fin de semana. Se desayunó a un inofensivo equipo local empequeñecido por un rodillo aplicado sin piedad porque no estaban los gaditanos para bromas. Sólo el accidente del gol en contra en la única ocasión de filial de Nervión complicó la existencia a un equipo gaditano por fin se mostró solvente para certificar su primer triunfo liguero en campo contrario. Volvió a recibir un tanto que esta vez quedó en mera anécdota ante la contundente respuesta de un Cádiz que ayer sí caminó con paso firme, tanto en el plano colectivo como el individual. No sólo rompió barreras a domicilio -en el quinto intento del torneo doméstico-, sumó por fin dos triunfos consecutivos que le devuelven a la zona noble de la tabla y además remontó por tercera vez en poco más de diez días. El Cádiz de la Copa se trasladó a la Liga con la intención de mantenerse.

 

Tres cambios presentaba el once inicial en relación al choque contra el Cacereño del fin de semana anterior. Entraban Andrés Sánchez en el lateral derecho, Garrido en la medular como pivote defensivo y Jona en punta en lugar de Kike López, Mantecón y Airam Cabrera, respectivamente, que empezaban el partido en el banquillo. Kike Márquez repetía como inquilino de la banda izquierda en ataque y Fran Machado en tres cuartos.

 

La victoria era la consigna después de cuatro salidas sin triunfos y los amarillos salían concienciados de la misión encomendada. Se adueñaban del balón en un arranque esperanzador. Kike Márquez metía el primer centro peligro al área a los 6 minutos en una declaración de intenciones. Los gaditanos acosaban con una presión afixiante arriba que apena dejaba jugar a los locales, tan cómodos en la destrucción como inexistentes en la creación. Todo lo fiaban a envíos largos a Juan Muñoz y Carlos Fernández, sus dos hombres de referencia en labores ofensivas.

 

Un error del portero sevillista en el control con el pie a punto estaba de dejar solo a Jona con la portería vacía justo al cuarto de hora, pero la cosa no pasaba de un aviso. El control era absoluto por parte de un Cádiz al que sólo le faltaba llegar a puerta de verdad. Buena parte de las acciones terminaban con centros al interior del área que morían en las manos del cancerbero o se perdían por la línea de fondo.

 

La mañana parecía tranquila para los visitantes hasta el minuto 25, cuando el filial de Nervión se adelantaba en el marcador en la primera y casi única vez que pisaba el área. Moi centraba, Carlos Fernández controlaba el esférico en un giro que le dejaba solo ante Aulestia y Josete agarraba al delantero. Penalti claro que incluso pudo haberle costado la expulsión al central. El propio Fernández transformaba la pena máxima.

 

La vida trataba mal a un Cádiz que no merecía semejante castigo, pero los rivales necesitan muy poco para hacer daño a un equipo que de nuevo se veía por debajo en un abrir y cerrar de ojos, cuanto todo estaba bajo aparente control. No había margen para comeduras de coco. Quedaba tiempo de sobra para remontar y a ello se ponían los pupilos de Antonio Calderón, a los que no les quedaba otra que rebelarse contra el cruel destino.

 

Kike Márquez no llegaba de por milímetros a un buen servicio de Fran Machado (minuto 28) y el sanluqueño no aprovechaba un balón franco (en el 30) dentro del área. Apretaban los amarillos en busca de un empate que no tardaba en llegar. Corría el 37 cuando Kike Márquez, el más listo de la clase, sacaba con rapidez una falta cometida sobre él y sorprendía a la zaga con un pase de libro a Fran Machado, quien dentro del área ejecutaba una preciosa vaselina que devolvía el equilibrio al marcador y hacía justicia. El granadino se estrenaba como goleador cadista cuando más lo necesitaba el equipo. Ante un adversario ultradefensivo, el empate era el mínimo garantizado para un Cádiz que no renunciaba a dar la vuelta a la tortilla antes del descanso. Cerca estaba de lograrlo en una contra vertiginosa conducida por Espinosa y Juan Villar que abortaba a lo justo la defensa.

 

Los amarillos habían reaccionado con rapidez y se abonaban a la segunda parte para tratar de llevarse los tres puntos. No se hizo esperar el segundo gol poco después de la reanudación. Kike Márquez, en estado de gracia, servía el esférico al corazón del área para que Jona, en posición de killer, colocara el balón junto a un palo de un perfecto cabezazo. El Cádiz obraba la remontada una vez más y lo hacía con un golazo marca de la casa del hispano-hondureño.

 

Con el 1-2 empezaba un partido nuevo. Los locales, que lo habían fiado todo a la defensa y a la contra, estaban obligados a abrir líneas para volcarse en ataque. De hecho, Aulestia desviaba a córner un remate de Juan Muñoz. Los gaditanos encontraban espacios para jugar a contramano pero no era en una contra, sino a  balón parado, cómo llegaba el 1-3. Juan Villar lanzaba de esquina y Josete se elevaba por encima de todos para marcar de un certero testarazo en el minuto 52.

 

Quedaba casi todo el segundo acto por delante, pero el Cádiz tenía a punto de caramelo su primera victoria a domicilio en la Liga. Los canteranos del Sevilla no veían la manera de penetrar en la defensa y los gaditanos armaban contras con permanente sensación de peligro. En una de ellas perdía Juan Villar la oportunidad de dar la puntilla, pero el onubense, solo delante de David Soria con todo a favor, disparaba fuera cuando lo fácil era poner el balón entre los palos o pasar a un compañero mejor situado.

 

Pasaban los minutos y la victoria estaba muy cerca. Calderón movía el banquillo con un recambio natural de Airam Cabrera por Jona, la entrada de Navarrete por Fran Machado con la idea de tener más la pelota en la medular, y el acceso de Mantecón por Espinosa para descargar el centro de campo de tarjetas.

 

Con la holgada diferencia de dos goles y poco tiempo para el final, el Cádiz no pasaba el más mínimo apuro para contener las tímidas acometidas de los anfitriones y daba bueno por el resultado. Clara victoria que debe servir para dar alas a un equipo que endereza el rumbo y vuelve a aspirar a todo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios