El Rocío

Huelva ya camina hacia su Reina

  • Petaladas y ofrendas florales despiden al Simpecado entre vivas, salves y sevillanas

Las salvas de los cohetes, los cascos de los caballos en el asfalto, los tamboriles, las nuevas campanas del Simpecado y las salves, sevillanas y fandangos -regados en todo momento por vivas y salves- anunciaron  que había llegado la hora. Tras la tradicional misa de romeros, la Hermandad del Rocío de Huelva inició ayer a las nueve de la mañana su peregrinaje hacia su Reina, en la aldea del Rocío, desde la casa hermandad, en la plaza Paco Toronjo.

Con el paso vivo que marcó el empuje de los mulos portadores de la carreta de plata, la comitiva formada por 8.000 peregrinos  llegó una hora después a la iglesia del Rocío, donde la Salve y la esperada ofrenda floral dio paso a un cielo desbordado de flores en la avenida Federico Molina. La bella petalada y la entrañable parada en la parroquia del sagrado Corazón de Jesús, donde la Hermandad de la Victoria despidió a los peregrinos, constituyeron dos momentos cálidos de una jornada con temperaturas bajas pero marcada por un sol radiante.

Al son de las sevillanas de Andrés Lepe o Brisa Marina, muchos romeros bailaron a los pies del Monumento a la Virgen del Rocío, en la plaza del Punto. Hasta este lugar que constituye la entrada en el centro de la ciudad llegaron los  cerca de 500 caballistas que precedieron al Simpecado, así como los 44 carros, 52 jardineras, charrés y manolas; 81 tractores y seis carros cuadrados. La ofrenda floral -en este caso, por parte de la hermandad- desató la emoción del presidente y el hermano mayor de la filial, Juan Ferrer y Manuel Díaz, respectivamente.

Vuelto hacia el monumento de la Romería del Rocío, el Simpecado recibió el calor de miles de los onubenses que se echaron a la calle y que, a las puertas del Ayuntamiento, aguardaban poco después para disfrutar de una de las paradas más esperadas cada año. Antes, el presidente de la Diputación, Ignacio Caraballo, entregó en nombre de toda la provincia un ramo de flores a Manuel Díaz, deseando así a los romeros un feliz camino y una alegre estancia en la aldea, así como al resto de las hermandades y los peregrinos que se echan a los caminos hacia El Rocío.

Caraballo felicitó a la hermandad como ejemplo de "organización impecable y de enorme belleza" en este inicio de su camino,  y agradeció a la Matriz de Almonte "las facilidades que está dando a todas las hermandades de la provincia en su peregrinar hacia la aldea almonteña".

Ya en la plaza de la Constitución, el coro del Club de Pensionistas del Lazareto y la Banda Municipal amenizaron el ambiente hasta que, en una nueva lluvia de pétalos sobre el Simpecado, tuvo lugar la despedida a los romeros por parte del alcalde de la capital, Pedro Rodríguez. El regidor destacó que, un año más, la ciudad se volcó en la procesión de la hermandad, que protagonizó en las calles uno de los momentos más emotivos e importantes del año para la capital.

En este sentido, Rodríguez aseguró que "Huelva es Rocío, una romería que es una de sus principales señas de identidad, algo que se ha vuelto a demostrar con decenas de miles de personas despidiendo a la hermandad en su camino a la aldea". La Salve, interpretada por Manguara (diez años después) a los pies del Consistorio, fue aplaudida por las miles de personas allí congregadas, que contuvieron el aliento por unos minutos para romper más tarde en un ole colectivo al son de Mi Huelva tiene una Ría.

El recorrido continuó por la Plaza de las Monjas hacia Méndez Nuñez. A las puertas de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción, el párroco, Diego Capado, deseó a los romeros "que disfruten y que tengan un camino de hermandad, de convivencia, de hospitalidad, de compartir la alegría, el rezo, el cante hecho emoción, las sevillanas y los fandangos de nuestra tierra".

A través de Plus Ultra, la Placeta, la calle Gravina, la plaza 12 de Octubre y la avenida Doctor Rubio, la comitiva llegó a Sanlúcar de Barrameda, donde el delegado de Gobierno de la Junta, José Fiscal, acompañado por el delegado de Educación y Cultura, Vicente Zarza, vivieron un momento "entrañable, típico e importante" a las puertas de la sede de la Administración autonómica.

"La Hermandad de Huelva es la que hace Rocío, la que más gente lleva a la aldea. Es una de las hermandades más importantes y tenemos el honor de recibirla y ofrecerle un ramo de flores. Para mi es el primer año y les deseo lo mejor a los romeros en su peregrinar", aseguró Fiscal, quien el pasado miércoles hizo el camino con la Hermandad Matriz de Almonte.

Antes de abandonar el Muelle del Tinto para enfilar la avenida Francisco Montenegro y la Punta del Sebo, la despedida de la ciudad, a las puertas de  la Comandancia de Marina, constituyó un momento emocionante. Fiel a su cita con la Blanca Paloma, la sede de la Armada Española se envolvió del calor del gentío para dejar patente, una vez más, que la Blanca Paloma, señora de las Marismas, también es marinera.

Antes del emotivo canto de la Salve marinera y de las sevillanas de Esteros, por última vez pronunció su discurso rociero el comandante de Marina, Luis Elvira, que en junio cesará en su cargo: "Esta noche, cuando el sol se rinda y la luna tienda su manto estrellado sobre el coto, una a una se irán encendiendo las velas de Simpecado. Acordaos entonces de este comandante de Marina que no os verá el año que viene y que tuvo un día la suerte de descubrir y compartir esta hermandad que con los fuertes lazos de amistad tendidos en estos dos últimos años corre ya para siempre imparable por sus venas".

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