Betis Baloncesto

Betis Baloncesto: Un ejercicio de fe para despertar al básket en Sevilla

  • San Pablo apretó como en las mejores citas y los jugadores recibieron tras el triunfo al Cáceres todo el cariño de un público que ha recobrado la ilusión

  • La próxima semana, doble cita en Madrid ante Estudiantes en unos play off en los que "el límite es el cielo"

  • El Betis Baloncesto le pone a la fiesta un final feliz (81-62)

Los jugadore del Betis Baloncesto celebran en la grada con la afición la clasificación al ´play off'

Los jugadore del Betis Baloncesto celebran en la grada con la afición la clasificación al ´play off' / M.G.

En una última jornada con horario unificado la fase regular de la LEB Oro echó el telón, antes de que la próxima semana vuelva a levantarse para unos play off por el ascenso que el Betis Baloncesto se ha ganado con sangre y sudor y festejó con alguna lágrima.

La comunión con la grada fue la de los grandes momentos. La afición disfrutó y se dejó la garganta animando y el equipo lo celebró con los suyos a modo de un más que merecido homenaje. A segundos del final también lo festejaba Bruno Savignani, abrazando uno a uno a todos los componentes del banquillo verdiblanco sabedor de que lo que se había conseguido trascendía más allá de la mera clasificación. Ha sido el renacer del proyecto. La vuelta de una ilusión entendiendo que hay mundo más allá de la ACB. Lo importante es el baloncesto. Incluso lo reconoció Arturo Álvarez, técnico de un Cáceres que dio todo lo que tenía, que antes del final del choque, en una parada, se acercó a felicitar personalmente al banquillo bético. Hombre de baloncesto. Un señor.

Con el reloj a cero y el 81-62 en el marcador, nadie se movía del pabellón mientras el equipo lo celebraba en el centro de la pista. Después, paseíllo para agradecer al público su apoyo en una campaña que empezó torcida y que los jugadores se encargaron de enderezar.

Lo cierto es que a la eliminatoria de cuartos con Estudiantes llega el conjunto de Bruno Savignani sin presión, con los deberes hechos después de reponerse de un curso que ha sido una auténtica montaña rusa de sensaciones, desde grandes pifiadas y cambios de rumbo incoherentes y problemas económicos, hasta este último triunfo frente al Cáceres. Por medio también buenos momentos que han culminado en este merecido noveno puesto con grandes victorias de un grupo que se encerró en su búnker con un único objetivo en la cabeza: el play off.

Costó lo suyo, pero este grupo de jugadores ha creído en sí mismo, seguramente como nadie creyó. Pero la fe va de eso. De creer cuando nadie lo hace. De hacer creyente al que no creía. Y el equipo lo ha hecho ganándoselo a pulso en la pista. Nadie le regaló nada a esta plantilla que durante mucho tiempo sólo encontró trabas en el camino. Pero poco a poco, desde el trabajo y con victorias, porque al final esto del deporte profesional va de ganar, el Betis Baloncesto encontró el rumbo, con la mano también de un Bruno Savignani que cuando se asentó en la liga y se acabaron las idas y venidas, dio estabilidad al proyecto. Es justo reconocer su mérito.

Y alcanzar esos play off no es algo baladí cuando el club no tiene su futuro asegurado. Se hizo la ola en San Pablo. ¡La ola! El baloncesto es en Sevilla como la aldea de los galos ante los romanos, el fútbol, pero tiene su sitio y con organismos y cualquiera que se acerque, incluido el Real Betis, que sigue son apostar decididamente por la sección, sometiendo al equipo a un continuo maltrato, este éxito y alargar la temporada, multiplicándola ilusión, puede ser fundamental en ese horizonte cercano en el que se decidirá si Sevilla tiene baloncesto o no.

El equipo irá a Madrid como un lobo con piel de cordero. Nada que perder porque Estudiantes tiene la vitola de favorito, pero con todas las ganas de comerse el mundo. Y es que como decía Polanco, "ahora el cielo es el límite".

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