La Hermandad del Rocío de Moguer inició en la mañana de ayer, con el colorido y la brillantez que le caracteriza, el camino que la llevará un año más al encuentro con la Blanca Paloma. Tras la misa de romeros, el Simpecado fue despedido con emoción por un pueblo que lleva casi cuatro siglos acudiendo a la romería de Pentecostés.

Con su hermano mayor, Manuel Morales, al frente, la filial moguereña realizó un recorrido de despedida lleno de momentos especiales, como los que se vivieron al paso del Simpecado por el convento de las Hermanas de la Cruz, así como en la puerta del colegio Pedro Alonso Niño o en la abarrotada Plaza del Cabildo, donde los bueyes que portan el carretón volvieron a arrodillarse a las puertas del Ayuntamiento, mientras el alcalde, Gustavo Cuéllar, hacía entrega al Simpecado de un ramo de flores.

Una de las señas de identidad de la Hermandad de Moguer, cuarta en antigüedad de cuantas peregrinan a la romería de Pentecostés, es sin duda el hecho de que su centenario Simpecado es arrastrado por una pareja de bueyes, que gracias a la magnífica doma que reciben desde pequeños por parte de los miembros de la familia Cascarilla, ofrecen una de las estampas más espectaculares cuando se arrodillan en diversos momentos del recorrido, hasta postrarse a las plantas de la Blanca Paloma.

Este año los bueyes de la hermandad de Moguer lucen como nunca ya que, a los nuevos y espléndidos frontiles de plata repujada que estrenan este año, se han unido también nuevos paños para cubrir a las bestias, todo ello costeado por los mayordomos, así como dos nuevas ahijás a juego con los frontiles que han sido donadas por el grupo joven de la hermandad.

En cuanto al carretón que porta el Simpecado, también presenta este año una importante novedad, ya que el magnífico exorno floral se completa con candelería y adornos de plata del paso de la Virgen de la Esperanza.

La mayordomía de la Hermandad de Moguer la ostenta este año una reunión de 12 moguereños, que han asumido con enorme ilusión la responsabilidad de ejercer este cargo en una de las hermandades más señeras y con mayor número de peregrinos de cuantas acuden al Rocío. Francisco Cruz Domínguez, Leonor Jiménez Méndez, Sergio Díaz Blanco, Luis Hernández Rodríguez, José Valdayo Blanco, Noelia Domínguez Rodríguez, José Esteve Galé, María Teresa Gómez Domínguez, Juan Cartes Rebollo, Isabel Díaz Reyes, Ricardo Cartes Díaz y Merchi González Garrido, son las personas que se encargarán de atender a los peregrinos viviendo un Rocío lleno de vivencias inolvidables.

La multitudinaria comitiva que moviliza la filial está compuesta este año por un millar de romeros, que viajan en 24 espectaculares carros tradicionales, 13 enganches y charrés, y casi medio centenar de tractores y todoterrenos, además de cientos de caballistas y romeros a pie que se han adentrado ya en las centenarias arenas del hermoso camino de Moguer, tras despedirse de la Patrona en su ermita de Montemayor, donde los bueyes subieron la escalinata para presentar el Simpecado a la Virgen.

Así se inició un camino que tuvo sus momentos más intensos a la hora del almuerzo en la peana del Milanillo. Luego, los peregrinos llegaron al paraje natural de Pino Gordo, donde hicieron noche y rezaron el rosario que ofrece una de las estampas más hermosas del camino.

Al despuntar el alba, y tras la celebración de la misa, los romeros emprenderán de nuevo hoy el camino hasta que, sobre las 15:00, hagan su entrada en el Rocío por la calle Moguer, cumpliéndose así con una tradición que se remonta al siglo XVII. Como cada año, la hermandad vivirá uno de sus momentos más emotivos cuando los bueyes del Simpecado se arrodillen ante la Blanca Paloma en la presentación oficial de las filiales, y ya en la mañana del lunes, cuando minutos antes de regresar al santuario, la Virgen visite su casa-hermandad situada a escasos metros de la ermita de la Pastora.