Cádiz

El comercio en Cádiz: fortalezas y debilidades para tirar de la economía de la capital

Bimba y Lola sigue apostando por Cádiz, con un tienda más grande en Palillero.

Bimba y Lola sigue apostando por Cádiz, con un tienda más grande en Palillero. / Lourdes de Vicente

El núcleo duro de las calles más comerciales de Cádiz, Columela, San Francisco, Nueva, Ancha, José del Toro, Compañía y Palillero, acumula una veintena de locales vacíos. No son muchos, si tenemos en cuenta los metros lineales que conforman estas calles. Y menos si recordamos tiempos pasados, cuando algunas de estas vías habían perdido buena parte de su potencial comercial.

La apertura de marcas nacionales que comienzan a ser referentes en el sector textil, como Scalpers y Silbon, en Columela, junto al local más amplio al que en la misma vía se ha trasladado Bimba y Lola, contrarresta la próxima salida de Stradivarius, que cierra en Novena. 

De esta forma Columela, considerada como la milla de oro del comercio gaditano, comienza también a recuperarse tras el fuerte bajón que sufrió tras el cierre de todas las tiendas que en esta vía tenía el grupo Inditex, especialmente los edificios ocupados por Zara y Massimo Dutti.

El primero de ellos, que en su día fue puesto en alquiler por 25.000 euros mensuales, sigue vacío. La empresa madrileña que gestionaba este local ya no se encarga del mismo. Sin embargo, por el momento, no hay ninguna firma que esté dispuesta a ubicarse en este inmueble de dos plantas de altura.

Desde el sector comercial se asume que este edificio, por su amplitud, es complicado para su salida con éxito al mercado, sobre todo cuando las grandes cadenas, como la misma Inditex, han ido abandonando las ciudades medianas en favor de las grandes superficies, con un nuevo modelo de tiendas muy conectadas con la venta por internet. Así, a priori, se descarta el retorno a Cádiz de marcas de referencia, especialmente en un edificio de las dimensiones del que ha quedado vacío en Columela.

Más allá de este grano complicado de eliminar la buena oferta en Columela, la recuperación iniciada hace unos años en San Francisco, ya con solo cuatro locales en alquiler (abundan las oficinas en planta baja y ahí sigue sin uso el antiguo Instituto del Rosario) o la entrada de lleno de Nueva como una clara apuesta por la hostelería, indican que nada está perdido en el Cádiz del comercio.

La pérdida de nombres de referencia sin duda no ayuda, pero conviene no olvidar que son marcas obsesivamente presentes en todos los centros urbanos de las grandes ciudades, por lo que si se busca algo novedoso que ofrecer la apuesta debería de dirigirse a un comercio local potente, bien presentado y original.

Inditex poco a poco se va quedan sin presencia en Cádiz. Inditex poco a poco se va quedan sin presencia en Cádiz.

Inditex poco a poco se va quedan sin presencia en Cádiz. / Jesús Marín

La calle Compañía es un claro ejemplo de esta apuesta. Desde hace unos años se ha convertido en una de las arterias más competitivas, donde es muy complicado encontrar un local vacío, pues rápidamente es ocupado. Tiene una oferta muy variada, en locales pequeños en su mayoría bien cuidados.

José del Toro, en crisis

Frente a ella, persiste la crisis cíclica de José del Toro. Hoy se cuentan cerca de diez locales vacíos, con el problema de que muchos se mantienen cerrados desde hace meses, a la vez que algunas tiendas apenas aguantan otros tanto abiertas. 

Aquí la ciudad y su apuesta como capital del comercio, tiene una asignatura pendiente a la hora de revitalizar una calle esencial en sus conexiones internas, especialmente desde San Francisco a Ancha.

Es cierto que hay otras vías que discurren transversales o en paralelo a las principales calles comerciales, que tienen un importante potencial que no se está sabiendo aprovechar. Calles con comercios, sí, pero también con demasiados locales vacíos o incluso con viviendas en planta baja que rompen la continuidad comercial.

Pasa especialmente con Cánovas del Castillo y San Pedro y también con Valverde, Rosario o Sacramento. Todas vías relevantes que necesitan meterse de lleno en la trama .

El déficit de muchas calles comerciales

Junto a la necesaria recuperación de estas calles y su inclusión en el tramo comercial, el casco antiguo mantiene una serie de déficit y problemas  que afectan a un mejor posicionamiento de Cádiz en este sector económico.

Un local con una oferta muy de la ciudad. Un local con una oferta muy de la ciudad.

Un local con una oferta muy de la ciudad. / D. C.

1) El precio de los locales: Una de las reclamaciones eternas de los empresarios que quieren abrir en Cádiz o que mantienen ya negocios, con alquileres que a veces les asfixia. Precios muy altos aprovechando la falta de suelo y la elevada demanda. Solo cuando se ha chocado con una multinacional, con la fuerza que tienen a la hora de amenazar con su marcha, se ha asumido una rebaja de los precios por parte de la propiedad (así paso en locales de la avenida de las Cortes, frente a El Corte Inglés).

El último precio conocido para la antigua sede de Zara en Columela era de 25.000 euros; el local que ahora deja Stradivarius en Novena sale al mercado por 6.500 euros al mes. En la avenida 4 de Diciembre un local pide una renta de 4.000 euros.

La administración, que asume el elevado coste de la renta y cómo esta afecta a la continuidad de muchos negocios, poco puede hacer ante la libertad de precios. 

2) El aparcamiento: Otra cuestión de complicada solución, casi al mismo nivel que el precio de los locales. Aquí el casco antiguo está pendiente de que antes de fin de año concluya el proceso de instalación de la Zona de Bajas Emisiones, lo que reducirá de forma más que notable el acceso de coches al centro urbano. Es una clara apuesta por la movilidad urbana, por la peatonalización que, a la larga, favorece a la economía de la ciudad, como ya se ha comprobado en estas décadas desde que se cerró al tráfico la primera calle, Ancha.

Los comerciantes, que ven las bondades de esta medida, también alertan de la dificultad de acceder al centro, especialmente por parte de quienes vienen de otras localidades, y más si queremos afianzar la imagen de 'Cádiz, capital del comercio'.

El actual gobierno tiene entre sus propuestas incrementar las plazas de aparcamientos disuasorios, aunque por el momento no se ha presentado propuesta alguna en este sentido. Parte de ello está pendiente de la urbanización de la avenida de Astilleros, aunque este está resultando un proceso muy lento.

También está pendiente el macroaparcamiento en la zona portuaria, con más de mil plazas, algo que tampoco se visualiza a corto ni medio plazo.

Pero de igual relevancia es la mejora de las comunicaciones a través del transporte público. Por una parte, la ampliación de los servicios del autobús urbano y, por otra, el aumento en los horarios de los interurbanos, del tren de Cercanías y del tranvía metropolitano.

3) La visibilidad: Si se quiere vender la marca Cádiz, hay que hacerlo más allá de Cortadura. Junto a ello, toda la zona comercial (y también hay que apostar por Puerta Tierra) debe cuidar el mobiliario urbano (papeleras, macetones, calles en perfecto estado de mantenimiento y limpieza, farolas artísticas). Y junto a todo ello, son necesarios paneles que informen sobre la situación de los comercios en las calles, a modo de un centro comercial al aire libre.

4) El ocio y la cultura: La apuesta por el comercio urbano (que debe cuidar sus escaparates y todo lo que ofrece en su interior), debe estar estrechamente ligada con el propio dinamismo de la ciudad. La decisión de venir a comprar a Cádiz se verá reforzada con la existencia de una nueva agenda de actividades culturales y de ocio y con un sector hostelero potente.

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