La tos de las perreras es una de las patologías más frecuentes que llegan a la consulta durante los meses de otoño e invierno. Así es como se conoce popularmente una enfermedad canina, la traqueobronquitis infecciosa.

Este nombre se le dio hace muchos años debido a que se producía principalmente en zonas donde había gran confluencia de animales, como las residencias. Hoy en día es una enfermedad que puede contraer cualquier perrete que salga a pasear y estar en contacto con otros animales.

La tos de las perreras es causada por varios microorganismos que afectan al sistema respiratorio. En su desarrollo participan virus y una bacteria llamada bordetella, y, de manera secundaria, el llamado mycoplasma.

Estos virus son altamente contagiosos, al propagarse a través de cualquier secreción, como saliva o conjuntival: por ejemplo, un perro tose en el césped y posteriormente otro huele o lame esa misma zona. También se puede dar por contacto directo,  al saludarse o jugar.

Debemos saber que esta enfermedad sólo afecta al sistema respiratorio. El tejido respiratorio se infecta y se producen lesiones inflamatorias a nivel de tráquea y tracto respiratorio superior.

¿Cómo podemos detectar que nuestro perro padece la tos de las perreras?

Lo primero que notaremos será, efectivamente, la tos. Será leve e intermitente y podrá comer y beber con normalidad. Es una tos muy seca y profunda, que a veces se desencadena sólo al palpar la garganta. 

Esta tos suele ir en aumento, cada vez más frecuente y con un sonido más fuerte, hasta el punto de provocar una situación muy incómoda para el animal, que en ocasiones no es capaz ni de poder descansar. Al final suelen aparecer intentos de vomitar tras la tos. Además pueden aparecer mocos, junto a una pérdida de apetito y fiebre.

Es importante aplicar un tratamiento cuanto antes, ya que puede complicarse y ocasionar problemas pulmonares graves, como una neumonía.

Más que mascotas: ¿Qué es la tos de las perreras?

Debemos tener especial cuidado en los cachorros, ya que su sistema inmunológico no está completamente desarrollado y le afectará mucho más que a un adulto.

Siempre recomendamos evitar situaciones de estrés y realizar paseos cortos y reposo, para así intentar que la zona de la tráquea se irrite lo menos posible y se minimice la tos.

Para evitar el riesgo de contraer la tos de las perreras, lo más eficaz es la vacunación de nuestra mascota. Existen dos tipos de vacunas: una es de administración intranasal, más efectiva y con protección para todo un año con una sola dosis; y la otra por vía subcutánea, y en este caso es necesario inyectar dos dosis para conseguir una buena inmunidad que permanezca durante un año.

Una buena edad para iniciar la vacunación es en torno a los siete meses. No dudes en vacunarlo, ya que así evitaremos que nuestro compañero contraiga esta enfermedad tan molesta para ellos.

Es importante siempre realizar un buen diagnóstico, ya que este tipo de tos a veces puede confundirse con la presencia de cuerpos extraños en tráquea o bronquios.

La espiga es el cuerpo extraño más frecuente y dañino alojado en las vías respiratorias

Diferentes tipos de cuerpos extraños pueden ser inhalados hasta la tráquea o los bronquios en los perros. El que encontramos de forma más frecuente es la espiga, que es muy dañina porque las espiculas impiden el retroceso y facilitan su penetración profunda provocando incluso abcesos pumonares, neumotórax (presencia de aire en el tórax) o piotorax (presencia de secreción infecciosa en tórax), patologías muy graves que pueden llevar incluso a la muerte.

Los síntomas principales de la presencia de un cuerpo extraño de este tipo serán dificultad respiratoria, tos persistente seca sin producción de secreción, temperatura elevada… incluso a veces vómitos y anorexia.

Las radiografías, normalmente, no nos aportan mucha información, ya que estos cuerpos extraños no suelen ser visibles radiológicamente, por lo que es necesario realizar una broncoscopia, que consiste en introducir el endoscopio a través de la tráquea para poder visualizar la presencia de cuerpos extraños en el interior de la tráquea y bronquios. 

Una vez localizado se procederá a su extracción y se administrará un tratamiento, con una recuperación favorable. Si no es posible extraerlo, puede ser necesario incluso extirpar un lóbulo pulmonar, con un pronóstico reservado.

Como veis, una simple tos puede tener una repercusión de gran magnitud en la salud de nuestra mascota. Contacta siempre con tu veterinario de confianza y sigue sus indicaciones.