Vivir en Cádiz

Otras vidas del vídeo de Cádiz de 1954: los carreros José y Antoñete

  • Las inéditas imágenes de Cádiz que se encontraron en Chicago siguen dando bonitas sorpresas a familias gaditanas, que recuerdan con ellas a los que ya no están

  • El vídeo de Cádiz en 1954

Los carreros José y Antoñete en la imagen del vídeo.

Los carreros José y Antoñete en la imagen del vídeo. / D. C.

El vídeo de imágenes inéditas de Cádiz en 1954, que apareció recientemente en Chicago, sigue dejando bonitas sorpresas. Otra familia gaditana ha reconocido a dos de sus miembros que ya no están y han podido recordar parte de sus vidas, que también es la suya, casi 70 años después. 

Los protagonistas de esta historia son José Marín González y su hijo Antonio, Antoñete, como le recuerdan sus hermanos Felipe y Paqui, quienes les han reconocido en el vídeo. Aparecen llevando un carro por la cuesta Arquitecto Acero y sonríen a la cámara. Era su oficio. José se compró dos mulas con las pocas pesetas que le dieron tras expropiarle para hacer la Avenida el pequeño huerto con el que se ganaba la vida. Antonio heredó la profesión y fue uno de los últimos en llevar el famoso cochecito Leré en Cádiz. 

José Marín en una imagen de los años 60. José Marín en una imagen de los años 60.

José Marín en una imagen de los años 60. / D. C.

"Si hemos tardado un poco más en confirmarlo es porque no dábamos crédito", asegura Felipe, nieto y sobrino. "Fuimos a ver un partido del Cádiz a casa de mi padre, con 86 años. Se lo enseñamos y del tirón los reconoció y luego también lo ha hecho mi tía Paqui, que identificó la mula y el carro", explica. "Mi padre además se fijó en las garrafas de las bodegas a los que ellos hacían portes", añade, "y no dudó en ningún momento de que era mi abuelo, aunque la boina le haga un poquito de sombra y no se le van bien los ojos".

La familia sólo tenía una foto de su abuelo, "era una familia pobre". "Es más tenemos otra pero le coge en toda la cara un florero", cuenta su nieto, que junto con su hermana se ha movido en los últimos días para seguir averiguando más sobre cómo fue la vida de su antepasado. "Mi tía nos ha contado que cuando en tiempos de Ramón de Carranza le expropiaron el pequeño huerto, mis abuelos se fueron a vivir a casa unos familiares pero luego terminaron en dos habitaciones de La Viña y tuvieron nueve hijos", relata. "Con una mula que pudo comprar con ese dinero, se ganó la vida. Recogió toros en la antigua plaza, tiró de las bateas de los coros y era también repartidor de lo que saliera, de las bodegas, de los talleres del muelle... Él no quería que el hijo fuera también carrero pero a Antoñete, me cuentan, siempre le gustaron los caballos y siguió primero como repartidor, más tarde llevando turistas y finalmente con el cochecito Leré, el último que existió en la ciudad hasta los años 80".

En la grabación, que muestra instantes de la vida cotidiana en los alrededores de la Catedral y que ha sido compartida por miles de gaditanos casi 70 años después, se ven muchos rostros de vecinos en la época, con sus tareas diarias, paseando, niños jugando. Dos de ellos ya tenían nombre: Francisco y Milagros Sanchís Guillén, los dos pequeños captados por el turista mirando atentos a la cámara. Ahora, los carreros José y Antonio le dan más vida a este excepcional documento que, sin duda, ha calado en la ciudad y que trae recuerdos de un Cádiz del pasado.

Paqui y Felipe, hijos y hermano de los carreros que aparecen en el vídeo. Paqui y Felipe, hijos y hermano de los carreros que aparecen en el vídeo.

Paqui y Felipe, hijos y hermano de los carreros que aparecen en el vídeo. / D. C.

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