Sky of Destruction es un experimento curioso: un shooter distinto, entretenido y con ideas originales
El Loot de Txeron
Sin historia, un tutorial desastroso pero con una deliciosa mezcla de acción y estrategia, el título consigue levantar el vuelo
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En un mercado saturado de shooters de vista cenital, resulta difícil que un nuevo título destaque sin ofrecer algo realmente diferente. Sky of Destruction, desarrollado por Satur Entertainment y publicado por Sometimes You, intenta precisamente eso: combinar el frenetismo de los disparos con una pizca de estrategia y gestión de recursos. El resultado es una experiencia curiosa, irregular, pero con cierta personalidad.
Como ocurre con muchos shooters actuales, Sky of Destruction renuncia casi por completo a contar una historia. No hay contexto, personajes ni motivos claros para el conflicto: solo sabemos que existe un enemigo, una flota aérea y una guerra sin explicación. Este vacío narrativo puede ser decepcionante, pero el juego intenta compensarlo con acción inmediata.
El apartado visual sigue la estética clásica del shooter isométrico, con una cámara ligeramente inclinada que ofrece sensación de profundidad. Los escenarios varían poco: terrenos rocosos, montañas dispersas y bases enemigas que se repiten. Los modelos de los aviones son prácticamente idénticos —solo cambia el color para distinguir aliados y enemigos—, aunque los efectos de explosiones merecen un elogio: simples, pero vistosos y satisfactorios.
En cuanto al sonido, cumple lo justo. Efectos típicos de disparos, explosiones potentes y un silencio casi total entre misiones. La música es escasa y poco memorable, lo que refuerza la sensación de minimalismo general. No es un desastre técnico, pero tampoco deja huella.
Un tutorial desastroso y una curva de aprendizaje confusa
El mayor problema de Sky of Destruction aparece al despegar: su tutorial es, sencillamente, terrible. Las indicaciones están mal redactadas —probablemente por una traducción deficiente— y muchas mecánicas básicas ni siquiera se explican. De hecho, el juego no enseña cómo disparar hasta la segunda misión. Resulta frustrante que un título con tantas opciones de personalización te suelte al combate sin explicaciones claras.
Los controles siguen el esquema clásico de los twin-stick shooters: el movimiento se maneja con un stick y el disparo con el otro. Una vez se supera el desconcierto inicial, la acción se vuelve fluida y frenética, aunque algo repetitiva.
Gestión de flota y toques estratégicos
Más allá de los disparos, el juego introduce un sistema de gestión interesante. Contamos con un portaviones y una pequeña flota de aeronaves, cada una con distintas configuraciones y módulos de mejora. Para desbloquear nuevos aviones, hay que recolectar fragmentos de planos que se obtienen al destruir enemigos. Estos fragmentos deben encajar en un esquema, lo que recuerda al inventario de Resident Evil 4, donde el espacio y la forma de los objetos importan.
También podemos equipar armamento adicional, fabricar misiles o torpedos y mejorar tanto el portaviones como los aviones. Sin embargo, el equilibrio económico está roto: el juego otorga enormes cantidades de dinero y recursos, lo que elimina rápidamente cualquier sensación de progreso o desafío. En pocas misiones, es posible maximizar las mejoras y fabricar miles de torpedos sin esfuerzo.
Las misiones se seleccionan desde un mapa hexagonal. En cada nodo hay un objetivo: destruir estructuras enemigas o eliminar toda su flota. Podemos elegir qué aeronaves lanzar, asignarles órdenes (ataque, defensa o patrullaje) y controlar una de ellas directamente. Si el portaviones es destruido, la partida termina. Esta mezcla entre combate directo y microgestión aporta un toque táctico que diferencia a Sky of Destruction de otros shooters más simples.
Entre lo innovador y lo olvidable
Pese a su torpe introducción, Sky of Destruction logra destacar por su mezcla de acción y estrategia ligera. Personalizar la flota, gestionar recursos y alternar entre distintos tipos de aeronaves da cierta profundidad a un género que suele ser puramente arcade. No obstante, la falta de narrativa, el escaso pulido técnico y un tutorial prácticamente inexistente lastran la experiencia.
En definitiva, Sky of Destruction es un experimento curioso: un shooter distinto, entretenido y con ideas originales, pero mal explicado y algo desequilibrado. Su propuesta tiene potencial, pero necesita más cuidado en el diseño y una presentación que guíe mejor al jugador. Aun así, quienes disfruten de los juegos de disparos con un toque táctico encontrarán aquí una alternativa modesta pero divertida.
Hemos podido analizar Sky of Destruction gracias a una clave para PS5 que nos ha remitido la desarrollaroda a través de Game.press.
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