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Análisis 'DiRT Rally 2.0'

  • Un gran paso hacia la búsqueda de la simulación perfecta

Una imagen del juego.

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Aunque hay cantidad de videojuegos de simulación donde la pole es ancha y con tan sólo unos minutos, cualquiera con pulgares, es capaz clavar una carrera perfecta, hoy fijamos nuestra atención en la excepción a la regla, DiRT Rally 2.0, la segunda entrega de la exigente serie desarrollada por Codemasters, que debuta para PlayStation 4, Xbox One y PC, con nuevas características entre las que se incluye un manejo del vehículo mejorado, degradación de la superficie y, muy importante, la elección de neumáticos.

Aquí no esperes controles fáciles y superficies perfectamente asfaltadas. El primer título no era un juego para aficionados y su secuela no es más indulgente. Prepárate para perder muchas carreras y ver cómo tu coche se convierte en metal retorcido, una y otra vez, antes de empezar a ganar. Un simulador con el estándar que esperan los más exigentes. Algo que queda patente en la primera carrera, afrontando la primera curva: "Vamos bien, es fácil". En pocos segundos estábamos sacando el coche de una zanja.

Una imagen del juego. Una imagen del juego.

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La búsqueda de la simulación perfecta

Con esta idea en mente, la de ofrecer el simulador lo más completo posible, permitiendo a los jugadores participar en competiciones desafiantes y complejas, DiRT Rally 2.0 combina diversas posibilidades de juego. El principal, Mi equipo, funciona como un modo carrera donde es posible comprar nuevos coches (con actualizaciones en la disponibilidad de vehículos), mejorarlos o contratar nuevos ingenieros, entre otras opciones.

En Mi equipo, organizamos nuestra propia escudería de carreras, bien comprando nuevos coches, o modificándolos para obtener lo mejor que pueden dar, porque a diferencia de otros títulos donde, con suerte, puedes modificar algunos elementos básicos del vehículo antes de salir acelerando, en Dirt Rally 2.0, tenemos todo un equipo (y presupuesto) dedicado íntegramente a optimizar el rendimiento de los vehículos depositados en nuestro garaje. También se pueden mejorar los factores de desarrollo, por ejemplo, contratando nuevos ingenieros. Pero la vertiente se ha creado con el fin de obstruir lo menos posible al jugador, para que se dedique plenamente a las carreras, que se dividen entre eventos de Rally, Rallycross, citas semanales y objetivos diarios, que nos llevarán a pilotar desde legendarios coches de rallys sobre las superficies mixtas rápidas y fluidas de Polonia, hasta intentar mantener recto el Porsche 911 RGT Rally Spec en las peores condiciones climatológicas.

Una imagen del juego. Una imagen del juego.

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Los eventos, claramente, están destinados a ofrecer de forma constante nuevo contenido a los pilotos virtuales. Pero, si sólo quieres disfrutar de una carrera tras otra, sin más complicaciones, te recomendamos el modo de Juego libre. Allí tenemos varios tipos de competiciones, que garantizan todo el contenido extra que puedas soportar. Es posible disputar carreras con coches de rally de los años 70, 80 y 90 y crear nuestro campeonato, entre otras posibilidades.

Junto al contenido tradicional de las carreras en los modos rally histórico, carrera y libre, Dirt Rally 2.0 ofrece ocho pruebas extraídas del Campeonato del Mundo de 2018, entre las que se incluyen nuevas localizaciones dentro de la serie: Mettet, Silverstone y el Circuito de Barcelona. En paralelo contamos con cuatro clases diferentes de vehículos de rallycross: los Supercars oficiales del Mundial FIA de Rallycross, RX2, RX Super 1600s, y los RX Crosskarts. Entre los nuevos Supercars que se añaden a la franquicia el Renault Megane RS RX del equipo GCKompetition World Rallycross, el Audi S1 EKS RX quattro, y el Supercar Volkswagen Polo R 2018 del campeón Johan Kristofferson.

Hora de entrenar

Tanto si eres veterano o te encuentras entre los que se aventuran por primera vez en la serie, tan sólo podemos aconsejarte entrenamiento, mucho. El juego eleva sus propios niveles de realismo y eso significa que te puedes ir olvidando del tentador y tan de moda rebobinado, esa característica tramposa que permite retroceder unos metros en la carrera para corregir un eventual error. Es precisamente en la dificultad donde se encuentra el enorme mérito de DiRT Rally 2.0. Y el virus del factor replay tan sólo se cura entrenando, entrenando y entrenando, hasta contar con la habilidad suficiente para realizar tramos y carreras perfectas, apurando cada segundo en las frenadas y dejando deslizar el coche en las curvas abiertas, superando el barro y destrozando el crono.

A pesar de la complejidad, la entrega también ofrece ayudas ligadas a una experiencia algo menos exigente. Tan sólo hay que dedicar tiempo en investigar y probar en las configuraciones un poco más complejas, por ejemplo, activando algunas ayudas de conducción en diferentes grados hasta sentirse cómodo para competir. También es posible comenzar con coches más lentos, e ir adaptándose a velocidades más elevadas. El equipo de pruebas está ahí, precisamente para eso.

Una imagen del juego. Una imagen del juego.

Una imagen del juego.

El pie en el acelerador sin dejar de mirar el paisaje

A nivel plástico, las pistas y coches cuentan con una riqueza impresionante de detalles. Al tratarse de un juego de rally, los desarrolladores han tenido en cuenta las diferentes formas en las que se ensucia un coche. Merece la pena detenerse, por ejemplo, a contemplarlos una vez han terminado las carreras, sucios, llenos de barro y con un poco de suerte, no muy golpeados. Los efectos de polvo, lluvia y barro también se han tratado con sumo detalle y ayudan sobremanera a la inmersión en las carreras. Por momentos, los efectos climatológicos, incluso, pueden sobresaltarte medio segundo, tiempo de sobra para salirse de la trazada.

Otro aspecto interesante aquí es el sonido. Sí se busca realismo, hay que destacar el aparatado acústico, digno de elogio por cuestiones algo simples, pero interesantes. Como, por ejemplo, las instrucciones del copiloto, que se perciben mucho más naturales, más cercanas, combinándose perfectamente con el ruido del motor, que en el caso de ser algo ruidoso incluso impide escuchar claramente las indicaciones, circunstancia que nos obligará a poner un extra de atención a las indicaciones.

Una imagen del juego. Una imagen del juego.

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Al elegir cualquier vehículo, es posible ver el preciosismo en los detalles, ya que cada uno de los coches posee características propias, además de cámaras que muestran el interior. Si eres de los que prefiere conducir con la cámara fija dentro de la cabina, DiRT Rally 2.0 te regala un poco más de alegría en las carreras. Es increíble dejar la imagen del juego desde dentro y escuchar el ruido de los pedregales golpeando el metal en las carreras en Grecia o las regordetas gotas de la lluvia en Gales muriendo contra el parabrisas. Los escenarios no se apartan de la misma ruta, y por momentos, es posible olvidar que estamos en el mundo virtual gracias a la fidelidad extrema con la que se han reproducido todas y cada una de las pistas.

Conclusiones

Codemasters logra distanciarse aún más de los simuladores tradicionales con Dirt Rally 2.0, permitiendo carreras muy próximas al mundo real. Esto no quiere decir que el juego sea inaccesible. Cualquiera con interés por aventurarse en estas complicadas rutas encontrará en el juego un contexto amistoso para ir avanzando y aprendiendo. Pero no está de más recordar que no estamos tratando con un simulador indulgente, todo lo contrario, está especialmente indicado para aquellos que quieren poner a prueba sus habilidades al volante. Para los novatos, existen, aunque de manera un poco más acentuada, algunos recursos para ir, poco a poco, desactivando las asistencias,y disfrutando del simulador en la forma en la que ha sido pensado. Si sumas a todo esto un trabajo visual y sonoro realmente bueno, Dirt Rally 2.0 es absolutamente recomendable para aquellos que quieran disfrutar de un buen simulador y de una de las experiencias de carreras más viscerales de los últimos tiempos.

Tráiler 'Dirt Rally 2.0'

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