Verano

El público se suelta la melena en la actuación de Mägo de Oz

  • El grupo heavy se entregó a su leal público en el estadio de Bahía Sur en el lunes que inauguró una semana repleta de conciertos en la ciudad

"Mago, mago, mago". Éste era el grito de guerra de los fans, que se escuchaba desde el puente de Bahía Sur y en los alrededores del estadio minutos antes de que comenzase el concierto. Con una puntualidad sorprendente, a las diez y media de la noche, el vocalista, Jose Andrëa, y los músicos aparecían con las melenas al viento e invadidos por el color negro. Salieron con fuerza y con ganas de demostrar al público por qué su estilo, mezcla de heavy metal, folk celta, rancheras y muñeiras, triunfa en España y al otro lado del charco desde hace ya varios años.

Como auténticos magos, consiguieron que en el medio del escenario brotase un árbol milenario, de ésos que aparecen en los cuentos con ojos y boca, para acompañarlos durante toda la actuación. Y es que ayer, el estadio de Bahía Sur dejó de ser, por unas horas, campo de fútbol para convertirse en La ciudad de los árboles, título que da nombre a su último álbum.

La única voz femenina del grupo, la de Patricia Tapia, fue la encargada de adentrar al público en El espíritu del bosque. Tras esta pequeña intro, los del país de Oz comenzaron la actuación con el tema que pone nombre al disco. A ésta le siguieron Van a rodar cabezas y Hazme un sitio entre tu piel del álbum Gaiga, Hasta que el cuerpo aguante incluido en Finisterra o Alma del disco Belfast. En homenaje a sus seguidores de España y Méjico, por confiar en ellos cuando muy pocos los hicieron, dedicaron la ranchera, mezclada con folk metal, Y ahora voy a salir. Otros temas fueron Deja de llorar (y vuélvete a levantar) y Mi Nombre Es Rock 'N' Roll, con la que entré en escena una gran moto hinchable al más puro estilo de las americanas Harley-Davidson.

Entre canción y canción tuvieron tiempo para felicitar a los isleños por ser San Fernando la elegida para la celebración de los Juegos Iberoamericanos de 2010 y, incluso, para criticar la actual situación de crisis económica que invade al país.

Se marcharon, pero el público sabía que no se irían sin cantar los dos temas más populares el grupo y acertaron. Volvieron al escenario para pedir a los asistentes que alzaran su cerveza para cantar al unísono La posada de los muertos.

Pero si existe algún rasgo que defina la ideología del grupo y los temas de sus letras es que no comulgan con las ideas de la Iglesia. Por ello qué mejor fin de fiestas que La fiesta pagana, su canción de mayor éxito, con la que la banda cerró algo más de una hora y media de actuación.

Aunque Mägo de Oz no consiguió llenar el aforo, la calidad de los asistentes fue de sobresaliente y es que al parecer el público heavy es uno de los más leales a sus ídolos. La variedad de los espectadores sumaba otro punto más a esa calidad, desde quinceañeros hasta adultos que sobrepasaban la mitad de siglo y que, juntos, no pararon ni un momento de cantar, saltar y animar a la banda.

Finalmente, haciendo alusión al divertido nombre de su gira, Borriquito como Tour, la famosa canción de Peret (borriquito) anunciaba que el concierto había llegado a su fin.

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