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Verano

Pasión por la vela

  • Tripulaciones de toda la Bahía inician el calendario de verano en la regata Romerijo, donde se dan cita varias generaciones de navegantes en un ambiente familiar pero competitivo

Dos bocinazos largos  y la izada de la bandera de aplazamiento  en el mástil del Real Club Náutico de El Puerto indican que será difícil celebrar la competición. En el río Guadalete, aguardan los barcos amarrados a los pantalanes, y las fuertes rachas de viento producen una sinfonía metálica y disparatada cuando golpean contra los mástiles.  Es la primera regata de la temporada de verano, y patrones y tripulaciones comienzan a llegar a las instalaciones. Aguardan la decisión del comité de regatas para ver si finalmente se celebra la competición, sentados alrededor de las mesas o en animada charla junto a la barra del bar,  comentan anécdotas de otras ediciones de la regata Romerijo y celebran el reencuentro con los otros navegantes en un ambiente cordial y distendido en el que todos se conocen.

       Entre los recién llegados se encuentra el farmacéutico sevillano Ignacio Vázquez, propietario del velero Custer,  que no ha podido participar en las regatas de la liga de invierno por tener en reparación su barco, y que  se incorporada ahora para afrontar las competiciones de verano, “con ganas de pasarlo bien”, con los familiares y amigos que componen su tripulación. El regatista saluda efusivamente al presidente del Club Náutico, José María Escribano, una figura clave en la organización de la regata, a  quien lanza un elogio  “porque gracias a él, que pone todo el empeño, disfrutamos de la vela de competición en la Bahía”.  Después, ojea el parte meteorológico  y mira hacia las banderas que siguen flameando de forma violenta: “Esto es lo peor que hay para una regata, viento de levante racheado y fuerte”, comenta con preocupación, consciente del coste económico que implicaría cualquier rotura en su barco recién reparado.

    Tampoco parece que el viento de levante imperante pueda beneficiar en modo alguno al velero patroneado por el puertorrealeño Juan Luis Cervera, uno de los más veteranos regatistas de esta liga de cruceros amateur,  que navega en un barco de competición perteneciente a la Comisión Naval de Regatas de la Armada, de nombre Rigel.  Cervera pertenece a una estirpe de navegantes y tiene la convicción de que lo importante en un barco   “es la coordinación entre patrón y tripulación”. El marino hace funcionar su velero de manera armónica, como un director de orquesta: “El equipo es lo importante –afirma convencido– en el momento que falla  la coordinación, la cadena se rompe. El espíritu de equipo es importante desde todos los puntos de vista, desde el punto de vista marinero, humano y de la disciplina”.   También considera imprescindible conocer el medio donde se regatea, en este caso la Bahía de Cádiz, “en la que se puede navegar los 365 días del año, pero cuya entrada de noche es muy dificultosa”, advierte. Sin ser profesional, conoce el mundo de la alta competición, “muy distinto al de este tipo de regatas amateur,  donde todos tenemos más o menos la misma experiencia y todos disfrutamos no con compensaciones económicas, sino con compensaciones sentimentales”.

No obstante, tal como afirma José  María Escribano, en una regata como la de Romerijo, se combinan el aspecto amateur y el carácter competitivo, al estar en juego la preciada Cigala de Plata: “Es un ambiente familiar, pero disputándose  la Cigala,  de forma que es también un ambiente competitivo”, confirma este organizador. No en vano, participan en la prueba hasta 30 barcos de la Bahía y de otros puntos de Andalucía que tratan de arrebatar el trofeo al actual campeón, Domingo Galán.

  A la vez, la organización tampoco descuida el aspecto divulgativo de la prueba, y suele instalar alguna baliza del recorrido cerca de la playa de Vistahermosa o Las Redes,  para que los barcos vayan costeando y el público pueda contemplar a los veleros.  

    Sin embargo, cuando el viento alcanza 35 nudos de velocidad, como ayer,  lo más razonable  es  aplazar la competición y aguardar en tierra, tal como lo percibe el patrocinador, José Antonio Romero, y decidió finalmente el comité de regatas, que pospuso la prueba para celebrarla hoy.  

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