Verano

Origen del turismo portuense

  • Tomar baños de mar en la playa de La Puntilla para el tratamiento de variadas enfermedades se convirtió en una costumbre en el siglo XIX de la que dieron fe ilustres turistas de la época

La costumbre de veranear en la playa y tomar baños de mar se origina con el ascenso de la burguesía como clase social dominante. En 1880, el historiador y médico portuense Joaquín Medinilla escribió 'Baños de mar en El Puerto de Santa María'. Un verdadero folleto turístico. Medinilla aconsejaba a los madrileños a viajar a las playas del Cantábrico en lugar de a las de los puertos franceses como Biarritz o Dieppe, y hace extensiva esta oferta a las bellas costas de la bahía gaditana.

Las excelencias de los baños de mar para la salud física es el principal argumento que esgrime el autor para promover el turismo veraniego en El Puerto.

Pero junto a las cualidades salutífera de sus aguas, la excelente posición geográfica de la ciudad, su templado clima, el incomparable marco urbano y el ambiente festivo de la temporada de verano también son exaltados por Joaquín Medinilla, con el ánimo de implantar en el lector el deseo de visitar El Puerto en los meses de estío.

Los baños de mar eran indicados para el tratamiento de variadas enfermedades, por los efectos beneficiosos de las sales y temperatura del agua, el movimiento de las olas y las cualidades de la atmósfera marina. Se recomendaban en casos de linfatismo u escofulismo, raquitismo, epilepsia, hernias, metrorragia, esterilidad, ninfomanía, anafrodicia, reumatismo, obesidad, jaquecas, enfermedades nerviosas y males del aparato digestivo.

Se daba especial preferencia a los baños en la playa de La Puntilla y durante la pleamar, por la presencia del oleaje. La duración de los baños no debía exceder los 15 minutos, ni tomarse los días de lluvia y tormentas o después de haber realizado un ejercicio violento. La temporada de baños se iniciaba en San Juan y concluía en septiembre. El Puerto siempre ha sido punto de destino de descanso veraniego pata turistas ilustres. En 1729 Felipe V y su familia pasaron el verano en esta localidad, y los infantes Francisco de Paula, doña Luisa Carlota , Luisa Fernanda, el duque de Montpensier. En 1862 visitaron la ciudad la familia real en pleno: la Reina Isabel, su esposo Francisco de Asís, el príncipe Alfonso y la Infanta Isabel. En 1885 se instalan baños flotantes y 1908, Dolores Cuder levanta un balneario con casetas de maderas de llamativos colores con galerías para hombre y mujeres.

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