feria de san isidro | trigésima cuarta y última en la plaza de las ventas

Seria y variada corrida de Victorino

  • Escribano, con el peor lote; Ureña, con el mejor y Emilio de Justo, con el más exigente, se marchan de vacío

  • La Corrida de la Prensa fue presidida, honorariamente, por Felipe VI

El público que aborrataba Las Ventas en la Corrida de la Prensa de Madrid, último festejo isidril, tributó una fortísima y cariñosa ovación a Felipe VI, quien presidió honorariamente el festejo, acompañado de los periodistas Victoria Prego y Miguel Ángel Oliver -nombrado recientemente secretario de Estado de Comunicación-. El monarca recibió brindis de los diestros en sus primeras faenas.

El encierro de Victorino Martín, serio, de juego variado e interesante fue lidiado por Manuel Escribano, el citado Ureña y Emilio de Justo, quienes se marcharon de vacío tras un espectáculo entretenido que no llegó a colmar las expectativas.

Manuel Escribano, dispuesto en los tres tercios ante el peor lote, se encontró en primer lugar con un astado cornimonumental, descastado. El gerenense lo quiso recibir con una larga cambiada de rodillas a portagayola, pero el animal ya apuntó su falta de fijeza y de entrega. Escribano, con facultades en banderillas, donde era imposible asomarse al balcón con esa exagerada cornamenta, destacó por su temple ante las malas embestidas del victorino, que acometía por encima del palillo. Mató de estocada contundente y fue silenciado.

Escribano recibió con una larga de rodillas frente a toriles al serio cuarto, que resultó comprometidísima, y lanceó de manera vibrante a la verónica. El astado se empleó en el caballo y el diestro se lució en banderillas, siendo muy ovacionado en el tercer par, al quiebro y por los adentros. El sevillano comenzó con muletazos por la espalda con un trasteo voluntarioso. Tras pinchazo y estocada fue silenciado.

Paco Ureña reaparecía tras un percance en este San Isidro, lesionado de lumbares, fue recibido con una fuerte ovación. El diestro murciano contó con el mejor lote. El segundo, que cumplió en varas, desarmó de salida al torero que siempre quiso hacer las cosas muy de verdad. Cruzándose, logró dos series de gran altura, especialmente reunida la segunda, en la que el toro se le quedó debajo. Hubo buenos muletazos con un toro que humillaba tras la muleta. Con la izquierda logró algunos naturales de lujo cuando le dio sitio al animal. El público estaba entregado y se intuía premio, pero falló con la espada y fue ovacionado.

El quinto toro, un pavo, también embistió muy bien por el pitón derecho. Ureña, que tomó el olivo tras un desarme en el capote, destacó en dos tandas por ese lado, una de mano baja y otra en una loseta, en la que acabó desarmado. Rubricó con una estocada una faena que no llegó a romper y tras la que fue silenciado.

Emilio de Justo se enfrentó a dos oponentes exigentes. El tercero, bajo, serio, encastado, que cumplió en varas, embistió con temperamento y exigió mucho temple, algo que De Justo no consiguió siempre, en una labor pundonorosa que remató pésimamente con los aceros.

El sexto, muy serio, siempre esperó en los primeros tercios -con un magnífico quite salvador de Neiro a un compañero- y repuso tras la muleta de un Emilio de Justo valiente y firme que tragó varias coladas peligrosas. Mató de estocada y fue ovacionado.

En definitiva, una Corrida de la Prensa entretenida que no alcanzó las expectativas de este último No hay billetes de la maratoniana Feria de San Isidro 2018.

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