Toros

El sufrimiento, clave para la gloria

El diestro Juan José Padilla y el jugador Joaquín fueron, anoche, los protagonistas de un nuevo Mano a mano de Cajasol, con lleno y El toro y el fútbol en liza. El torero, triunfador de la Feria de Abril 2016, quien abrió la Puerta del Príncipe el pasado 16 de abril, y Joaquín, un auténtico ídolo de la afición bética, con moderación de José Enrique Moreno, desgranaron de manera amena varias similitudes entre los dos espectáculos de masas más importantes que conviven en la actualidad en España.

Padilla definió su actuación del pasado 16 de abril como "una tarde gloriosa, de comunicación con los aficionados y el público". Su hijo Martín, futbolero y al que no le gustan los toros, le esperó cuando salía por la Puerta del Príncipe, y su padre, que en principio no quería ir, sí acudió finalmente a la plaza porque le advirtió por la mañana: "Papá, te vas a perder la Puerta del Príncipe de tu hijo". El diestro jerezano remató: "Fue de los días más rematados y profundos de mi vida".

Sobre la afición a los toros de Joaquín, de todos conocida, el propio futbolista aseveró que es capaz de conocer a un torero vestido de luces por detrás antes que a un jugador del Celta y dijo: "Salvo que el torero se juega la vida, hay cosas parecidas" entre ambos mundos y llegó a decir que también "el fútbol tiene esa magia que se llama arte".

Joaquín, aficionado práctico, quien según Padilla se puso delante de un novillo en un tentadero que compartieron, asintió: "Algunas locuras hemos hecho" y entre risas añadió: "Siempre que puedo, echo un ratito en el campo para escuchar a los toreros. Lo bonito es que cuando llego a casa mi hija me pide que le ponga el Canal 67 para ver toros. Eso me da alegría". Padilla añadió: "De la forma en la que estás hablando, si te ofrecen la alternativa, la tomas, estás preparado".

El futbolista aludió a su admiración por la personalidad de los toreros y el torero dijo que ser figura del toreo es lo más difícil y "yo no lo soy" (recibió una fuerte ovación) porque "figura es mandar en el toreo... En el fútbol será lo mismo: jugar en el equipo donde te guste".

Una afición, la de Joaquín, que nació espontáneamente cuando era niño, toreando con una toalla: "Mi madre me quitaba la muleta y me ponía un balón... Cuando me apunté en la Escuela de El Puerto dijo que estaba perdiendo la cabeza. Yo hubiera sido un torero con mucho miedo". Padilla tampoco se ve como futbolista: "Yo iba a tentaderos. En el fútbol... me ponía las botas al revés y hasta me caía solo".

En cuanto al momento de la Fiesta el torero señaló que se están perdiendo aficionados y el futbolista indicó que el fútbol tiene más desarrollado el marketing. Joaquín se atrevió a equipar toreros y futbolistas legendarios. Belmonte=Di Stéfano; Manolete=Maradona y El Cordobés=Messi.

Padilla y Joaquín, a lo largo del sabroso recorrido dialéctico, coincidieron en que tanto para el torero como para el futbolista el sufrimiento es clave para alcanzar el éxito y la gloria o como aseveró Padilla, al borde de la muerte en la Feria del Pilar de Zaragoza, en una cornada por la que perdió un ojo: "El sufrimiento es parte de la gloria y bendita la gloria que he conseguido".

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