Toros

De la enfermería a la gloria

  • Daniel Luque pasó de la camilla a estar a hombros por el Paseo de Colón en menos de una hora

Daniel Luque tirando su montera por la espalda al comienzo de la faena con la muleta.

Daniel Luque tirando su montera por la espalda al comienzo de la faena con la muleta. / Juan Carlos Muñoz

Eran las 20:25 de la tarde de ayer cuando el doctor Octavio Mulet informaba, a través de la Empresa Pagés, del parte médico de Daniel Luque, cogido por Traillero, toro negro mulato de 547 kilos, varios minutos antes: "Varetazo en hemitórax derecho a nivel de la 5ª-6ª costilla. Dolor a la palpación en región costal derecha. Auscultación torácica sin hallazgos patológicos. Exploración de rodilla izquierda sin hallazgos patológicos, con buena movilidad. Se recomienda estudio radiológico y tratamiento con analgésicos y antiinflamatorios". Apenas media hora después, el paciente estaba saliendo por la Puerta del Príncipe de la Real Maestranza de Caballería. De la enfermería a la gloria en un rato. De cerrar cartel a abrir puertas. Probablemente, muchas en lo que resta de temporada.

Los aficionados, apostados desde antes del término del festejo junto a la reja de la plaza, llevaron en volandas al torero de Gerena, que abandonó dolorido y feliz el coso del barrio de El Arenal. "No se abría desde lo de (Pablo) Aguado hace tres años", le comentaba un padre a su hijo señalando la puerta grande del edificio maestrante. Recordaba así la gesta del sevillano en 2019 y olvidaba que el rejoneador navarro Guillermo Hermoso de Mendoza lo consiguió en la pasada Feria de San Miguel tras cortar también tres apéndices. Sin duda, la tarde de ayer quedará en el recuerdo de los que acudieron a la plaza y llenaron una tercera parte del aforo posible, ahora que ya las restricciones han pasado a mejor vida. De los que apostaron por un cartel que cortó cuatro orejas a seis toros y añadió un renglón más a la lista de triunfos del redondel sevillano.

Una escena que el propio Luque resumía con palabras en el micrófono del canal Toros: "Es un sueño cumplido tras muchos años de lucha y sacrificio, de sufrir hasta el último momento, pero esta plaza lo merece todo". El diestro recordó "todos los esfuerzos que he hecho y de cómo la gente se ha entregado". En pocas palabras ha sintentizado sus sentimientos durante el trayecto del albero al asfalto: "Salir por esa puerta no tiene palabras. Cuando me he dado cuenta ya estaba en la furgoneta, pero la he disfrutado mucho". También tuvo un momento para hablar del ganadero de El Parralejo, fallecido a principios del pasado año: "Me acuerdo mucho de Pepe Moya, que en paz descanse. Hoy hubiera disfrutado mucho".

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