Toros

Urdiales, Pinar y Tendero, tres pegapases de altura

  • La terna se estrella con una corrida de Valdefresno a la que le faltó casta · Ni una sola ovación en un festejo aburridísimo que desespera al público de Madrid

GANADERÍA: Corrida de Valdefresno, en conjunto correctamente presentada, con cara, y en conjunto baja de casta, mansa y noblota. Primero, con un buen pitón derecho; segundo, mansote, con movilidad y sin clase; tercero, manso y gazapón; cuarto, manso; quinto, mansote y soso y sexto, potable, el mejor del mal encierro, que embistió bien por el pitón derecho y se quedó corto por el izquierdo. TOREROS: Diego Urdiales, de turquesa y oro. Casi entera (silencio). En el cuarto, pinchazo, casi entera y tres descabellos (silencio tras aviso). Rubén Pinar, de hueso y oro. Pinchazo y media (silencio). En el quinto, pinchazo y media (silencio). Miguel Tendero, de azul marino y oro. Seis pinchazos, estocada y cuatro descabellos (pitos tras aviso). En el sexto, dos pinchazos y descabello (silencio). Incidencias: Plaza de toros de Las Ventas. Casi lleno.

La Feria de San Isidro se enterró el pasado sábado entre el hastío, a los gritos de "¡Manos arriba, esto es un atraco!", y ayer amanecía la Feria del Aniversario envuelta en tedio y entre palmas de tango. Capricho de los políticos. Dos títulos para lo que siempre fue el serial isidril, en el que se respira toros en Madrid desde mediados de mayo hasta casi mediado el mes de junio. Pero ni con distinto nombre las cosas cambiaron un ápice de San Isidro al Aniversario. Corrida descastada y toreros vulgares. Ayer, a la mansa corrida de Valdefresno, con varios toros con movilidad, se unieron tres toreros en excelsa condición de pegapases: Diego Urdiales, Rubén Pinar y Miguel Tendero.

Diego Urdiales únicamente concibió una tanda interesante con la diestra a su primer toro, un animal con cara, zancudo, pero que tenía un buen pitón derecho. El cuarto, bien hecho, al que cuidaron en varas por su falta de fuerzas, acabó en tablas por su mansedumbre. El trasteo resultaba tan excesivamente largo y sin emoción, que el público recriminó al torero riojano la cantidad de mantazos y le puso el reloj en hora. Cortó su insulsa labor con reiterados fallos con los aceros.

Rubén Pinar se mostró vulgar ante su manso lote. No entendió ni al segundo, con movilidad, aunque sin clase, en un trasteo en el que no se comprometió y toreó muy despegado. Lo mejor lo consiguió el albacetense en unas templadas verónicas de salida. El manchego se aburrió y aburrió con el soso quinto.

Miguel Tendero se hinchó a dar muletazos de todo tipo a sus toros sin conseguir calar en el público. Además, pecó de pinchaúvas, especialmente en su primero. Con ese astado, abierto de cuerna, fue molestado por el viento en el inicio de un trasteo que comenzó prometedoramente, pero que de inmediato caminó entre la abulia y la falta de ritmo. Tendero tampoco llegó a acertar con las embestidas del que cerró plaza, un toro bajo con el que el albacetense se perdió en un trasteo kilométrico y sin sentimiento. Fue el ejemplar de Valdefresno que mayores posibilidades ofreció para el triunfo. El personal a esas alturas ya estaba harto y el torero tampoco anduvo fino.

Mansedumbre y vulgaridad se unieron en el ruedo. Y del tendido partió un primer trueno, un primer grito de protesta unánime en la Feria del Aniversario. Y hasta se desplegaron, en el mar del graderío, algunas pancartas: "¡Qué asco de ganado!", "¡Hoy, toros light!". La primera, en la frente.

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