Toros

Sergio Galán roza la Puerta Grande

trigésimo festejo de la feria de san isidro Ganadería: Corrida de María Guiomar Cortés de Moura, de juego desigual. TOREROS: Rui Fernandes. Medio rejón, rejón y cuatro descabellos (silencio). Rejón (silencio tras aviso). Sergio Galán. Rejón (oreja con fuerte petición de la segunda). Pinchazo, rejón y dos descabellos (ovación tras petición de oreja). Manuel Manzanares. Pinchazo, rejón y descabello (saludos tras ovación). Pinchazo, medio rejón y descabello (silencio). INCIDENCIAS: Plaza de toros de Las Ventas. Sábado 6 de junio de 2015. Dos tercios de entrada.

Sergio Galán estuvo a punto de conseguir su séptima Puerta Grande en Las Ventas, cortó la oreja a su primero y realizó una mejor faena en su segundo; aunque con éste falló en la suerte suprema en el último espectáculo de rejoneo de la Feria de San Isidro 2015. El torero conquense sorteó un buen segundo toro, que embistió con buen son. Únicamente prendió un rejón de castigo para dejar entero al astado en banderillas, luciéndose a lomos de Trópico, en toreo de costado y ceñido al estribo. Mató al primer envite de rejón y fue premiado con un trofeo.

Sergio Galán recibió al mansote y noblote quinto frente a toriles, montando a Amuleto. Consiguió los momentos más brillantes con Ojeda y prendió un gran par a dos manos a lomos de Apolo. Faena a más, que emborronó con el fallo con los aceros.

Manuel Manzanares anduvo decidido ante el tercero, que se defendía. Con Farruquito dibujó la hermosina tras torear a dos pistas. Sufrió una aparatosa cogida con Tomatito, librándose de una cornada cuando el toro le embistió y yacía en la arena. El desacierto en banderillas cortas y con el rejón de muerte, dejó su actuación en una ovación. Manzanares, tras ser atendido en la enfermería, se enfrentó a un sexto complicado, en el que logró lo más destacado en banderillas a lomos de Príncipe.

Rui Fernandes, que abrió plaza, se mostró sobrio y eficaz en la lidia al manejable primero; destacó montando a Estoque. Obra que remató pésimamente con los aceros. Con el manso cuarto realizó una labor muy interesante, brillando con ajuste sobre Único. Tras un rejón de muerte, tardó en caer el astado y sin querer emplear el verduguillo, la labor fue silenciada.

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