Juan José Padilla y Sebastián Castella abrieron la puerta grande en el festejo del Sábado de Gloria que tuvo lugar ayer en Cabra, donde se lidiaron toros de Torrehandilla y Torreherberos, justos de presentación y de juego muy desigual. Destacó la calidad de los tres primeros, mientras que los otros apenas se prestaron.

Cuatro orejas cortó el jerezano, que encandiló al público con su toreo vibrante; mientras que el francés paseó dos trofeos, uno de cada uno de los toros de un lote medido de fuerzas. El tercero en discordia, El Fandi, por su parte, paseó una oreja del segundo, al que toreó con temple y ajuste al natural.

El Ciclón de Jerez abrió la tarde cortando dos orejas tras una labor que conectó con el tendido ante un toro noble. Después, realizó una labor de entrega con el cuarto, que resultó deslucido, aunque el diestro gaditano lo dio todo para agradar al respetable, que llegó a pedirle un rabo, que no fue concedido. Brilló el temple de Castella frente al tercero, un flojo astado que tuvo calidad pero que terminó echándose en la mitad del trasteo del francés, que acabó por pasear un trofeo. Otro cortó del sexto, al que planteo faena en mitad del ruedo con sus ya clásicos pases cambiados de escalofrío. Lástima que el animal acabara parándose pronto, aunque Castella se metió entre los pitones nadando en ese terreno como pez en el agua.

El Fandi podría haber cortado dos orejas de su primero de no haber alargado una faena de buen toreo al natural que fue premiada con una oreja. El quinto se paró enseguida y el granadino apenas tuvo opción.